MADRID 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los hospitales de salud mental y tratamiento de toxicomanías de gestión privada y de organizaciones no gubernamentales generaron unos ingresos de 350 millones de euros en 2023, lo que supuso un incremento de ingresos del 4,5 por ciento respecto a 2022, según concluye el Informe Especial 'Centros de Salud Mental' publicado por el Observatorio Sectorial DBK de Informa.
Asimismo, el documento recoge que en 2022 la subida se situó en el 6,3 por ciento y explica que el crecimiento que se ha dado en los dos últimos años está relacionado con el aumento de la preocupación de la población por las enfermedades de salud mental y la dicultad de los centros públicos para cubrir esta demanda de forma adecuada.
En conjunto, a finales del pasado año había 64 hospitales de salud mental y tratamiento de toxicomanías gestionados por entidades privadas y organizaciones no gubernamentales. Estos centros contaban con un total de 7.532 camas, lo que da lugar a una media de 117,7 camas por centro.
Según Informa, estas cifras representan cerca del 70 por ciento del número total de hospitales de salud mental, incluyendo además los públicos, y en torno al 62 por ciento de las 12.100 camas que reúnen el conjunto de los centros.
La estructura empresarial de los hospitales de gestión privada se caracteriza por la presencia mayoritaria de compañías y organizaciones no gubernamentales de pequeño tamaño, gestoras habitualmente de un único centro, junto a las que opera un reducido número de grupos empresariales con entre dos y cinco hospitales, y dos congregaciones religiosas que en conjunto gestionan más de una veintena de centros hospitalarios.
Los cinco primeros operadores privados y organizaciones no gubernamentales (excluyendo congregaciones religiosas) en este sector concentraron algo más del 40 por ciento de los ingresos generados por el conjunto de estos hospitales en 2023. Mientras, los diez primeros concentraron cerca del 50 por ciento.
Desde Informa destacan que en los últimos años se ha registrado cierto interés por parte de nuevos inversores en el sector de la salud mental, lo que ha permitido el desarrollo de inversiones destinadas a ampliar la capacidad asistencial, tanto en el ámbito de los centros hospitalarios como no hospitalarios.