MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
El servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud San José de Madrid, dirigido por la doctora Isabel Aldanondo, ha incorporado una nueva Unidad de Terapia Fotodinámica, una modalidad de tratamiento basado en la fotooxidación y la destrucción celular selectiva mediante la utilización de un fotosensibilizante.
Esta terapia necesita tres elementos: un fotosensibilizante, una sustancia que se aplica al paciente en la zona a tratar, en forma de gel o crema, y que tiene una alta capacidad lipofílica para atravesar las membranas biológicas y localizarse de forma específica en las células diana, que serán aquellas que tienen una multiplicación anómala y son por tanto malignas o premalignas; y una lámpara que emite una luz con una longitud de onda y potencia suficiente para penetrar en el tejido tumoral y activar la sustancia fotosensibilizante.
Asimismo, al aplicar la luz, se produce una activación del fotosensibilizante que pasa a un estado excitado y da lugar a una reacción fotoquímica con formación de radicales libres de oxígeno, que producirán una fotooxidación y destrucción de las células diana. Además de la muerte celular directa se producen unos daños colaterales a los vasos de la zona que junto con la reacción inflamatoria local y la respuesta inmunológica del paciente dan lugar a la curación del tumor.
Se trata de un procedimiento que se realiza en consulta y que consiste en la aplicación de la crema fotosensibilizante en la zona a tratar, que se debe dejar en incubación durante tres horas y, posteriormente, aplicación de la luz durante un tiempo variable en función de la extensión del campo de tratamiento, entre unos 10 o 30 minutos.
La aplicación de la luz puede resultar molesta en algunas zonas, pero gracias a las nuevas lámparas que permiten regular las potencias durante el tiempo de tratamiento se puede individualizar la manera de aplicarlo en función de la tolerancia del paciente.
Tras la realización del tratamiento de produce una reacción inflamatoria necesaria para su funcionamiento, que da lugar a enrojecimiento, inflamación y aparición posterior de costras que será más o menos intensa dependiendo del daño solar del paciente. Con el seguimiento dermatológico adecuado, aproximadamente en 7-10 días se habrá producido una "regeneración epidérmica completa".
Este procedimiento se suele utilizar para el tratamiento del cáncer de piel no melanoma y de las lesiones precursoras del mismo, carcinoma basocelular, así como lesiones precursoras del carcinoma epidermoide, queratosis y queilitis actínicas y enfermedad de Bowen.
La ventaja de este tratamiento respecto a la cirugía convencional, es fundamentalmente estética, ya que permite la curación de lesiones de cáncer de piel sin cicatriz residual y el tratamiento de lesiones premalignas no visibles al ojo humano. Además, se puede utilizar con resultados variables en diversas patologías inflamatorias como: psoriasis, acné, infecciones por el virus del papiloma o linfoma cutáneo de células T. También una aplicación estética, consiguiendo un rejuvenecimiento fundamentalmente en aquellas pieles con importante daño solar crónico.