MADRID, 26 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Hospital La Luz se ha convertido en el primer centro sanitario de Quirónsalud en crear una unidad de Cardio-Oncología que se ha incoporado al servicio de Cardiología Clínica e Intervencionista, dirigido por Roberto Martín-Reyes.
La nueva unidad servirá para facilitar el tratamiento del cáncer y ayudar a mejorar la salud cardiovascular durante todo el proceso. Cerca del 20 por ciento de los pacientes oncológicos tiene que suspender el tratamiento por problemas cardiovasculares, empeorando su pronóstico cardiaco y oncológico.
Por este motivo, nacen las unidades Cardio-Oncológicas, formadas por profesionales multidisciplinares cuyo objetivo es seleccionar el régimen oncológico que consiga mayor tasa de curación o remisión con el menor número de efectos cardiovasculares adversos y sin necesidad de suspender el tratamiento.
La responsable de la nueva unidad será la actual médico adjunto en el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario La Paz y en la Unidad de Cardio-Onco-Hematología, Teresa López Fernández.
Según López Fernández, "el objetivo principal de los grupos de cardio-oncología es vigilar y optimizar de forma estrecha los factores de riesgo y diagnosticar y tratar de forma precoz los posibles efectos secundarios cardiacos del tratamiento del cáncer. Sabemos que con un diagnóstico y un tratamiento precoz mejoramos el pronóstico vital de los pacientes. Sin embargo, si el diagnóstico de cardiopatía es tardío, las posibilidades de recuperación se reducen drásticamente".
Los efectos secundarios cardiovasculares de los tratamientos oncológicos se han identificado con insuficiencia cardiaca, sin embargo, el desarrollo de nuevos fármacos ha aumentado la prevalencia de otras complicaciones como problemas coronarios precoces, arritmias, hipertensión arterial y otros eventos vasculares arteriales.
Por tanto, "todos los pacientes que reciban tratamientos potencialmente cardiotóxicos deben seguir un protocolo adecuado de monitorización clínica, con técnicas de imagen y biomarcadores que mejoran los resultados cardiológicos de las terapias del cáncer y siempre que se detecten anomalías en la función cardiaca o síntomas sugestivos de cardiopatía hay que instaurar un tratamiento cardioprotector", ha asegurado la experta.
En Madrid solo dos centros tienen actualmente unidades de cardio-oncología, percibiéndose la necesidad de formación y recursos para poder atender de forma adecuada el seguimiento de los tratamientos antitumorales.