MADRID, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Carnegie, la Universidad Johns Hopkins y la Clínica Mayo (Estados Unidos) han desarrollado una herramienta que permite 'ver' los complejos de grasas y proteínas que están obstruyendo las arterias, lo que podría ser útil para encontrar nuevos fármacos contra las enfermedades cardiovasculares.
Las moléculas de grasa, también llamadas lípidos, como el colesterol y los triglicéridos, son transportadas alrededor del sistema circulatorio por una proteína llamada Apolipoproteína-B, o ApoB para abreviar. Estos complejos de lípidos y proteínas se llaman lipoproteínas, pero pueden ser más comúnmente conocidos como "colesterol malo".
A veces, este aparato de transporte de grasa y colesterol se detiene en sus vías y se incrusta en los costados de los vasos sanguíneos, formando una peligrosa acumulación. Estos depósitos, llamados placa, endurecen la pared de una arteria y hacen más difícil que el corazón bombee sangre, lo que eventualmente puede llevar a un ataque cardíaco.
"Estas lipoproteínas que contienen ApoB son directamente responsables de crear placas en los vasos sanguíneos, por lo que aprender más sobre ellas es esencial para combatir la epidemia mundial de enfermedad cardiovascular", explica James Thiererer, el autor principal de este trabajo, que se ha publicado en la revista 'Nature Communications'.
Identificar formas de reducir los niveles de lipoproteínas que forman placa en el torrente sanguíneo salvaría vidas. Pero ApoB es un complejo proteico muy grande, lo que dificulta el estudio usando técnicas tradicionales de investigación de biología molecular.
Por ello, estos investigadores desarrollaron el sistema 'LipoGlo', que utiliza ingeniería genómica de última generación para etiquetar ApoB con una enzima brillante que es similar a la que tienen las luciérnagas. Esto les permitió monitorear el movimiento de los complejos ApoB en larvas de pez cebra. Su enfoque se puede utilizar para medir lipoproteínas en una gota de sangre casi microscópica, lo que permite a los investigadores realizar muchas de las mismas pruebas médicas que se realizan en humanos en larvas diminutas de pez cebra.
"Las estatinas han ayudado a mucha gente y salvado muchas vidas, pero la gente sigue muriendo de enfermedades cardiovasculares cada año, por lo que hay una necesidad urgente de nuevas estrategias médicas para comprender y prevenir la acumulación de placa arterial. Nuestro sistema nos permite estudiar ApoB en un pequeño pez cebra larval, lo que nos permite probar miles de fármacos potenciales y encontrar la 'aguja en un pajar' que podría ser el próximo tratamiento para esta terrible enfermedad. Este tipo de cribado de animales enteros no es posible en ningún otro vertebrado", detalla Farber.
MEDIR EL RIESGO DE ARTERIOSCLEROSIS
Actualmente, los médicos determinan indirectamente el riesgo de arteriosclerosis midiendo las concentraciones en sangre de los componentes lipoproteicos como la grasa y el colesterol. "Pero es una herramienta imperfecta que puede, en algunos casos, subestimar los riesgos", advierten estos investigadores.
'LipoGlo', en contraste, permite observar directamente la concentración, el tamaño y la distribución de las lipoproteínas en pequeñas muestras de material que desaparecen, de modo que eventualmente puedan dilucidar formas de combatir los riesgos de enfermedad cardíaca.
Usando este sistema, también han descubierto un misterioso gen llamado 'pla2g12b', que tiene un gran impacto tanto en el tamaño como en el número de lipoproteínas que contienen ApoB. Todavía no está claro cómo funciona exactamente este gen, pero una investigación adicional podría ayudar al equipo a entender por qué la enfermedad cardiaca es hereditaria o abrir la puerta a una nueva estrategia para controlar el número de lipoproteínas en el torrente sanguíneo.