VALENCIA, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
El que fuera director general de Salud Pública entre 1997 y 2001, Francisco Bueno, defendió hoy durante su última intervención en la vista que se celebra en la Audiencia de Valencia contra el anestesista Juan Maeso, acusado del contagio de la hepatitis C a 276 pacientes intervenidos en cuatro hospitales, el trabajo desarrollado por la comisión de expertos que asesoró a la conselleria de Sanidad en este caso, hasta el punto de que, según indicó, a "muchos compañeros médicos" les "sabía muy mal" los resultados porque se pidió documentación e informes con los que puso "el dedo en el ojo" en "algún tipo de actuación" realizada desde la dirección de centros.
El testigo hizo referencia de este modo a la situación generada en relación con las guardias realizadas por el anestesista en el hospital público La Fe de Valencia y el privado Casa de la Salud. En este sentido, según la información que facilitó en la sala, de 249 días que Maeso tenía que estar de guardia con "presencia física" en el hospital La Fe durante toda la jornada, "sólo" estuvo 54 días en este centro; otros 139 estuvo en los dos y en 56 casos "única y exclusivamente en la Salud".
En este punto, el abogado de la defensa, Francisco Davó, acusó al testigo de mentir ya que, dijo, esta afirmación es "simple, lisa y llanamente mentira". El presidente de la sala advirtió al letrado de que "de mentiroso, aquí nadie" porque "estamos ante un testigo que ha venido a colaborar con la Justicia".
Bueno insistió en que la Comisión científica asesora y él mismo trabajaron en los debates de este grupo "sin consigna política" ni "criterio preestablecido" y añadió que intentó darle un "estatuto absolutamente autónomo" con el fin de "evitar problemas lógicos en una conselleria" que tiene más de 1.000 empleados y distintas direcciones generales. Así, aseguró que el trabajo que desarrollaron "a muchos compañeros médicos les sabía muy mal que se hiciera" ya que, por ejemplo, con los datos de las guardias realizadas por Maeso, "hay una responsabilidad" de directivos de hospitales.
En este sentido, añadió que a "muchas personas no les venía muy bien que científicos asesores externos" y "con libertad de criterio", solicitaran informes y documentación y que "de vez en cuando pusieran el dedo en el ojo" en relación con "algún tipo de actuación". No obstante, Bueno, preguntado por si la conselleria de Sanidad exigió alguna responsabilidad por ello a los directivos de La Fe que permitieron esta situación, indicó desconocerlo.
"Yo lo desconozco. No es mi cometido", afirmó, y aseguró que esto corresponde a la secretaría general de la conselleria de Sanidad en coordinación con la dirección general de Recursos Humanos. Bueno insistió en que en la Comisión se discutió hasta "la saciedad" y se contestó a todos los requerimientos del juzgado.
CADENA DE ESTERILIZACION
Asimismo, negó que desde estos expertos se redactara el documento del estudio epidemiológico para descartar "a toda costa" cualquier hipótesis que apuntara a la posibilidad de que los contagios se produjeran por deficiencias en la cadena de esterilización. "En absoluto", indicó, y subrayó que en este caso "llama poderosamente la atención" la existencia de 210 "casos vinculados a un vector de transmisión" en el hospital Casa de la Salud, centro en el que reconoció que se habían localizado "deficiencias estructurales" en la cadena de esterilización.
Sin embargo, afirmó que estas deficiencias detectadas "no justifican en absoluto la aparición de 210 casos" en el centro privado. Así, insistió en rechazar que la "exclusión" de la cadena de esterilización de la investigación fuera para confirmar la hipótesis de que Maeso era el foco de contagio. Bueno lo negó porque, de haber sido de esta forma, no se hubiera analizado la situación en el hospital La Fe y la Casa de la Salud y añadió que se excluyó porque "sólo" se pudo demostrar la existencia de las deficiencias estructurales en el centro privado.
Asimismo, el ex responsable de Salud Pública de la Comunidad aseguró desconocer si existe algún informe de la UESCA donde se indique que Maeso era adicto a los opiáceos. Preguntado por si el "único indicio" fueron las declaraciones del entonces conseller de Sanidad, Joaquín Farnós, en un pleno en las Cortes de abril de 1998, su respuesta fue la misma y añadió que se lo deberían preguntar a este testigo cuando declare en la sala.
