Hazas de Cesto es el pueblo cardioprotegido más pequeño de España

José María Ruiz y Javier Maeztu
GPS IMAGEN Y COMUNICACIÓN SL
Actualizado: martes, 20 noviembre 2018 10:44

MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

El pueblo cántabro de Hazas de Cesto, con sólo 429 habitantes, se ha convertido en el municipio cardioprotegido más pequeño de España tras instalar un desfibrilador DOC en las dependencias municipales. La iniciativa, llevada a cabo con B+Safe, ha incluido la formación en Resucitación Cardiopulmonar y Soporte Vital Básico (RCP/SVB) y uso del desfibrilador semiautomático (DESA) a ocho personas, así como charlas sobre la cardioprotección y estas técnicas a los vecinos.

Independientemente del tamaño de un pueblo, "es muy importante que esté cardioprotegido, mejorando la seguridad de todos los vecinos ante un evento cardíaco", ha explicado el alcalde de la localidad, José María Ruiz. En esta iniciativa, Hazas de Cesto, situado en pleno corazón de la Comarca de Trasmiera, se coloca en la vanguardia tecnológica, convirtiéndose en uno de los pocos municipios que cuenta con un servicio integral de cardioprotección inteligente.

Este sistema monitoriza el equipo, asegurando su correcto funcionamiento en el caso de que sea necesario, además de ofrecer un servicio de teleasistencia que guía al usuario en la manera de proceder si se produce un accidente cardiaco. "Saber cómo realizar una RCP y contar con un desfibrilador puede ser la diferencia entre la vida y la muerte", ha subrayado el director de Relaciones Institucionales de B+Safe, Javier Maeztu.

Con la instalación del desfibrilador DOC, el proceso de atención ante una parada cardíaca se agiliza, ya que el propio desfibrilador incorpora un dispositivo conectado 24 horas con telecontrol, teleasistencia, llamada preferente al 112 y geolocalización.

IMPORTANCIA DE LOS ESPACIOS CARDIOPROTEGIDOS Y PASOS CRÍTICOS

La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población, ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos.

Estas zonas cuentan con, según la superficie y la afluencia de público, al menos uno o varios desfibriladores, con un adecuado servicio de mantenimiento y con personas formadas para garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.

Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es en los primeros cinco minutos.

Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, es la llamada 'Cadena de Supervivencia', que comienza con el reconocimiento y llamada al servicio de emergencia; sigue con una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP); una desfibrilación temprana; terminando con el soporte vital avanzado (SVA) y los cuidados post-resucitación.