MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio dirigido por investigadores del Hospital Infantil de Boston y la Universidad de Northeaster (Estados Unidos) revela que la exposición prolongada o repetida a agentes anestésicos de ácido gamma-aminobutírico (GABA) (sevoflurano, propofol) en bebés durante los dos primeros meses de vida resultó en una maduración acelerada de los patrones de actividad eléctrica cerebral evocados por estímulos visuales registrados entre los 2 y los 5 meses de edad, en comparación con bebés que no tuvieron exposición temprana a anestesia general.
Estos hallazgos, publicados en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)’ podrían sugerir el uso de anestésicos sin actividad GABA para el rango de edad neonatal. Para abordar estas inquietudes, se está llevando a cabo un amplio ensayo clínico multicéntrico (TREX) que utiliza una combinación de agentes anestésicos para minimizar la exposición a anestésicos con actividad GABA.
No obstante, este artículo es el cuarto de una serie derivada de un estudio longitudinal prospectivo conocido como Estudio de Anestesia General y Actividad Cerebral (GABA). Así, los hallazgos se basan en trabajos previos publicados en el ‘British Journal of Anesthesia-Open’, que encontraron que los bebés que recibieron una exposición temprana y prolongada a la anestesia no mostraron diferencias estadísticamente significativas en una amplia gama de dominios cognitivos, del lenguaje, motores y conductuales básicos cuando se los evaluó a los 10 meses y a los 2-3 años de edad.
El desarrollo cortical visual acelerado a los 2-3 y 4-5 meses, reportado en el artículo de 'PNAS', junto con los hallazgos alentadores sobre el neurodesarrollo a los 10 meses y 2-3 años del artículo de 'BJA Open', resaltan la resiliencia del sistema nervioso infantil humano, altamente plástico. No obstante, los investigadores señalan que se requiere más investigación para explorar los impactos a largo plazo de la exposición temprana prolongada o repetida en la edad escolar.