PALMA DE MALLORCA 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
Irene Salas, palmesana de 22 años que estudia Bellas Artes en México DF desde mediados de enero, gracias a una beca de la Universidad Autónoma de Barcelona, declaró la imposibilidad de contactar con la Embajada Española y criticó la falta de información del Gobierno mexicano, respecto al brote de gripe porcina, que se ha saldado ya con la muerte de 149 personas en el país centroamericano.
En declaraciones a Europa Press, Salas, que se encuentra en la ciudad de Catemaco, al sur de Veracruz (sur de México) admitió que tiene "miedo" y que si la situación no mejora, desearía poder regresar a Mallorca, debido a que existe una "inseguridad" en la zona, teniendo en cuenta, según señaló, que las autoridades mexicanas no están informando con claridad sobre dónde surgen los casos de gripe porcina y a cuántas personas está afectando.
Sin embargo, indicó que a pesar de que ha estado llamando durante todo el día a la Embajada en México, no ha podido contactar con nadie que le informe si es cierto el rumor de que el Ejecutivo mexicano se está planteando cerrar todos los aeropuertos del país para evitar una propagación mundial del virus.
Así, Salas apuntó que ya que las autoridades mexicanas no están informando a la población sobre lo que está ocurriendo, que, al menos, "la Embajada conteste al teléfono", ya que, según resaltó, en la zona en la que se encuentra ya se han agotado incluso las mascarillas en las farmacias, por lo que se ha visto obligada a acudir a un centro de salud donde sólo le han dado una, que únicamente, tiene utilidad para dos horas.
La joven, que estudia hasta el mes de junio cuarto curso de Bellas Artes en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se encuentra actualmente en Catemaco (Veracruz), donde ha ido a enseñar el documental que realizó hace un año sobre la labor que lleva a cabo la comunidad rural denominada 'Mujeres gestoras de desarrollo', que se trata de un grupo de mujeres indígenas que buscan proyectos de trabajo para independizarse económicamente de sus maridos y luchar así contra la violencia de género.
Se da la circunstancia de que Salas se encuentra con un compañero de la Universidad de Barcelona, de nacionalidad española, llamado Germán Regueira, quien la visitó en México DF, y que la ha acompañado a la presentación del citado documental. Sin embargo, Regueira tiene un vuelo de vuelta a Barcelona el próximo 5 de mayo, con la compañía Iberia, si bien desconoce si va a poder regresar, debido a la posibilidad de que se cierren todos los aeropuertos.
Salas manifestó que no se cree lo que publican los medios de comunicación, ya que señalan que el presidente Calderón ha dicho que hay medicinas para todos los afectados por la gripe porcina y, sin embargo, "en los hospitales dicen que no hay".
Por esta razón, apuntó que no sabe a quién creer, por lo que consideró fundamental tener un contacto con la Embajada Española que le informe acerca de la situación real y del peligro que supondría trasladarse a México DF para coger un vuelo de vuelta a España, teniendo en cuenta que debe utilizar el transporte público, principal foco de contagio de la enfermedad.
"NO SE HAN CANCELADO TODAS LAS CLASES"
"Hay Estados mexicanos como Guaxaca y Veracruz en los que han surgido casos, pero no dicen en qué parte, mientras que es alarmante que tampoco se hayan cancelado las clases en los colegios en estas zonas del país", criticó, a diferencia de lo que ha sucedido en la capital donde se han suspendido toda la actividad educativa, incluida la Universidad hasta el 6 de mayo.
Además, añadió que en zonas rurales, como Catemaco, la población se desplaza en medios de transporte públicos sin mascarilla, lo que supone un peligro para los ciudadanos. "No se está dando importancia a la enfermedad en estos lugares donde también se tendrían que tomar medidas de precaución", lamentó.
Respecto a los mexicanos, Salas indicó que están viviendo la situación "con calma, ya que no hay ese miedo con el que, a lo mejor, se vive en España", si bien lo achacó al hecho de que no exista mucha información por parte de las autoridades, quienes, a su juicio, deberían concienciar más a la población.
Por otra parte, recalcó que el hecho de que se estén agotando las mascarillas en las farmacias, está provocando la picaresca en algunos ciudadanos, que optan por venderlas a 50 pesos mexicanos, cuando su precio sólo alcanza un peso, teniendo en cuenta que sólo son útiles contra la gripe porcina durante un periodo de dos horas.
Salas indicó que no sólo no le da seguridad desplazarse en transporte público hasta la capital de México, sino tampoco los hospitales, en los que, en su opinión, no existe el mismo aislamiento de los enfermos que se hayan contagiado con esta enfermedad que el que pueda haber en un centro sanitario de España.
No obstante, destacó el hecho de que se encuentra en la sierra de México, donde, a su juicio, no hay tanto peligro de contagio, porque hay muchos menos ciudadanos y, además, la mayor parte de los contagios se están produciendo en la capital.
POSIBILIDAD DE QUEDARSE EN VERACRUZ
Por este motivo, desveló que también ha intentado ponerse en contacto, a través del teléfono y el correo electrónico, con la Universidad Autónoma de Barcelona, con el objetivo de que le informen qué consecuencias tendría para su beca el hecho de que se volviera a Mallorca. "Pienso que sí me gustaría volverme a Palma, porque las cosas no pintan muy bien, ya que la situación no es que esté controlada y cada vez hay más afectados, aunque tampoco me da mucha seguridad trasladarme a la capital, ni coger un vuelo de doce horas", aseveró.
Así, Salas sostuvo que la segunda opción que está barajando es quedarse en Veracruz durante unos días, a la espera de que la situación se normalice y el Gobierno mexicano controle la epidemia de gripe porcina. En esta línea, indicó que no tendría problemas para quedarse, porque se encuentra residiendo en la casa de la promotora de la citada asociación de mujeres.
Como ejemplo de lo rocambolesca que es la situación en México puso el hecho de que hace unos meses, un grupo de trabajadores de una granja de cerdos, situada en Veracruz, denunció la existencia de la infección de un virus que se estaba propagando de los animales a las personas y, lejos de investigar los hechos, las autoridades ordenaron el ingreso en prisión de estos empleados por el mero hecho de "denunciar a la compañía para la que trabajaban" y que genera mucho dinero en la zona.