MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 'agotamiento por calor' es el precedente del llamado 'golpe de calor' y se asocia con síntomas como malestar general, cefalea, ansiedad, mareo o debilidad y, aunque este estado en sí "no revisa gravedad, es necesario mantenerse alerta para que no se prolongue", según el responsable de la Unidad de Prevención del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, Enrique Ciria.
Si estos síntomas llegaran a agravarse, el doctor ha explicado que "provocarían una descompensación de la temperatura corporal" y entonces se produciría el golpe de calor, situación "grave" que se desencadena cuando "la temperatura corporal sobrepasa los 39 grados debido a que los mecanismos reguladores del calor se ven superados y no son capaces de responder, lo que supone un shock para el organismo".
Las principales señales a tener en cuenta que manifiestan un golpe de calor son el aumento de temperatura citado anteriormente, la aceleración del pulso, mareos, sudoración excesiva (que después desaparece), náuseas y vómitos o inconsciencia. En el momento en el que se presenten estos síntomas, el especialista ha destacado que "es necesario buscar asistencia sanitaria de forma urgente", especialmente si se trata de niños menos de 1 año o mayores de 65, ya que estos "son más vulnerables porque su cuerpo tiene menor capacidad para regular la temperatura".
Una vez que aparezcan, es necesario, además de llamar a los servicios de Urgencias, bajar la temperatura corporal de la persona afectada lo antes posible y, por ello, se recomienda situarla a la sombra, en un lugar fresco, y refrescarle la piel. "Aplicar paños mojados o hielo puede ayudar a bajar la temperatura, incluso se recomienda, si es posible, bañar a la persona en agua fría y hacerle beber", ha señalado el doctor Ciria.