MADRID, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) ha asegurado que la fisioterapia ayuda, en los casos de cáncer de próstata, a mitigar cuestiones como dolor, retracción, disfunción sexual o incontinencia a las personas afectadas (entre otros síntomas) favoreciendo que cada paciente desarrolle una vida lo más normal posible.
"Tras un proceso quirúrgico o radioterápico son frecuentes síntomas como la incontinencia urinaria, el dolor pélvico, de testículos o pene, disfunción sexual u otros síntomas como la plenitud de recto", ha explicado la secretaria general del CPFCM, Carmen Mar Rodríguez Peñas, con motivo del la celebración del 'Movember', una iniciativa que da visibilidad a enfermedades masculinas en el área del suelo pélvico, como cáncer de próstata, de testículos y otras patologías relacionadas.
En este sentido, la experta ha comentado que también pueden aparecer otras patologías, como linfedema, o problemas como cambios de peso, pérdida de masa muscular, fatiga o problemas de alteraciones cardiovasculares, entre otros.
Según ha detallado, tras una primera visita obligada al urólogo, es importante acudir a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico si existen síntomas tales como incontinencia de orina, gases o heces; aumento o urgencia miccional; sensación de vaciado incompleto de vejiga; debilidad del 'chorro de orina', lento o sin fuerza; o problemas de erección, eyaculación o pérdida de sensibilidad en las relaciones sexuales.
Cada fisioterapeuta valorará y prescribirá al paciente un tratamiento personalizado con asesoramiento sobre cómo tiene que trabajar (los músculos que tiene que potenciar dentro de la esfera urogenital) y los ejercicios necesarios para lograrlo, así como la integración de los mismos que necesita en sus actividades cotidianas.
Durante el proceso debe existir un seguimiento exhaustivo del paciente por parte de su fisioterapeuta, para controlar si está realizando correctamente esos ejercicios y la evolución. Los pacientes que inician un proceso de tratamiento o rehabilitación de suelo pélvico han de aprender cómo se realiza una correcta contracción muscular. Es decir, cómo se contrae un músculo para poder potenciarlo. Muchas personas compensan con otros grupos musculares de la pelvis y no por ello están contrayendo adecuadamente.
A partir de ahí, el paciente realizará contracciones mantenidas en el tiempo para trabajar la resistencia -o cortas, para trabajar la fuerza-, en diferentes niveles, subiendo desde la zona anal, pasando por la zona testicular y llegando hasta la zona del bajo vientre (músculo transverso del abdomen). Igual de importante es el trabajo de contracción como el de relajación, los pacientes deben aprender a relajar totalmente su suelo pélvico. Existen patologías por exceso de tono muscular en el mismo.
La fisioterapia emplea otras técnicas en suelo pélvico, como la terapia manual, la radiofrecuencia, electroestimulación o la reeducación de la respiración con ejercicios de tonificación o de relajación, entre otros. "Los tratamientos son muy efectivos, ya que ayudan a reactivar la musculatura e integrarla, pero la rapidez o eficacia va íntimamente ligada a la constancia del paciente y a sus hábitos diarios", ha zanjado la experta.