MADRID 28 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) aconseja realizar diagnósticos tempranos de la hepatitis C que permitan tratar y erradicar la enfermedad antes de que llegue a estadios más avanzados, especialmente, entre los grupos poblacionales con mayor prevalencia, que es entre 40 y 70 años.
La hepatitis C es una enfermedad causada por un virus que provoca inflamación en el hígado. En la actualidad, solamente entre el 15 y el 30% de los pacientes que sufren una infección aguda logran eliminar la hepatitis C por completo de su organismo sin necesidad de tratamiento, mientras que en el 70% restante, el virus permanece y provoca una infección crónica. Con una detección a tiempo y un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes que sufren hepatitis C se curan en poco tiempo y sin efectos secundarios relevantes.
"La hepatitis C puede tenerse sin presentar ningún tipo de síntoma y este colectivo de población podría tener la infección sin saberlo. Por lo que es recomendable consultar a su médico de Familia para realizar la prueba contra este virus si nunca se ha hecho el test o lo desconoce", explica el doctor José Miguel Rosales Zábal, experto de la FEAD y especialista en Aparato Digestivo en el Hospital Costa del Sol de Marbella (Málaga).
El contagio por hepatitis C se produce, fundamentalmente, por el contacto a través de la sangre con una persona infectada, tal y como destaca el doctor. De hecho, la vía sanguínea fue la principal forma de contagio hasta 1990, momento en el que se descubrió la existencia del virus y se empezó a rechazar las transfusiones en este tipo de pacientes.
Además de la sangre, el contagio por hepatitis C también puede provenir por el uso compartido de utensilios de contacto punzantes o cortantes (como jeringuillas, maquinillas de afeitar, etc.) o la realización de tatuajes, piercings o acupuntura sin los controles sanitarios adecuados ni los materiales esterilizados.
Asimismo, la transmisión de la hepatitis C también se puede ver favorecida a través de las relaciones sexuales sin medidas de protección, por familiares directos, por parejas con hepatitis C o de madres a hijos durante el parto, especialmente, si éstas están contagiadas por VIH, explica el experto de la FEAD.