MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Más de dos tercios de las pautas y pruebas de detección del cáncer no explican claramente los beneficios y daños de las acciones recomendadas. El cribado del cáncer tiene muchas ventajas obvias, como la prevención o la detección de la enfermedad de forma temprana, pero cada herramienta de diagnóstico también viene con daños o riesgos potenciales.
Investigadores del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan (UM), en Estados Unidos, examinaron 55 recomendaciones de las guías profesionales para la detección del cáncer o la prevención y encontraron que el 69 por ciento no cuantificó ni presentó beneficios y daños en términos comparables.
"Casi todas las intervenciones médicas tienen compensaciones entre diferentes tipos de beneficios y daños --dice J. Tanner Caverly, profesor clínico de medicina interna de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, e investigador en el Centro Sanitario VA Ann Arbor para la Investigación de Gestión Clínica.
"Los pacientes confían en que los médicos basarán sus recomendaciones de análisis en el buen juicio en cuanto a si en su contexto individual, los beneficios superan los daños. Para estos juicios, los médicos necesitan una comprensión más clara, en términos cuantitativos y comparables, sobre el grado de beneficio potencial y el grado de daño potencial", añade.
El estudio, publicado en 'Journal of the National Cancer Institute', analizó directrices como la mamografía de cribado para el cáncer de mama, la prueba de PSA para el cáncer de próstata, la colonoscopia para el cáncer de colon, la vacunación contra el VPH para el cáncer de cuello uterino y otras pruebas de detección. Las directrices eran de organismos como el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos, la Sociedad Americana del Cáncer y 'National Comprehensive Cancer Network'.
EL 55% DE LAS DIRECTRICES CON DATOS EN FORMA DESIGUAL
Los investigadores encontraron que el 31 por ciento de las directrices que recomiendan el cribado presenta efectos absolutos tanto para los beneficios como para los daños. Sin embargo, el 55 por ciento presenta ventajas y desventajas de forma desigual, explicando el beneficio pero no el daño o presentando los números de maneras diferentes.
Por ejemplo, algunos estudios utilizaron la reducción del riesgo relativo, a menudo un gran mayor, para mostrar un beneficio: las personas que fueron examinadas tenían el doble de probabilidades de sobrevivir. Pero usaban el riesgo absoluto, a menudo un número mucho más pequeño, para demostrar el daño: el 1 por ciento de las personas examinadas tuvieron un falso diagnóstico.
"Con la presentación de manera desigual de las estadísticas, las directrices pueden dar una falsa imagen de los riesgos y los beneficios. El riesgo relativo de 'doble de probabilidades' suena significativo, pero en términos de riesgo absoluto podría ser una diferencia muy pequeña", afirma la autora principal, Angela Fagerlin, profesora y presidente del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Utah e investigadora en Salt Lake City VA.
Los investigadores sugieren que las directrices deben cuantificar y presentar todas las ventaja importantes e información de los daños en una tabla o gráfico bien diseñado, de modo que puedan compararse fácilmente.
"Mejorar cómo las directrices presentan los riesgos y los beneficios ayudaría a los médicos a comprender mejor las ventajas y desventajas y facilitar decisiones informadas a los pacientes. También nos ayudaría a construir mejores herramientas de apoyo para los médicos", dice Caverly, también miembro del Instituto de Políticas de Salud e Innovación de la UM.