Extirpar las amígdalas mejora el control del asma

Niño con asma
Foto: FLICKR/COMSALUD/CC BY 2.0
Actualizado: miércoles, 5 noviembre 2014 16:22

MADRID, 5 Nov. (INFOSALUS) -

   La extirpación quirúrgica de las amígdalas y las adenoides en los niños que sufren de apnea del sueño se asocia con una disminución de la gravedad del asma, según el primer estudio a gran escala sobre esta conexión, publicado en la revista 'Plos Medicine'.

   Investigadores de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, encontraron que los niños a los que se les practicó la cirugía presentaban en el primer año después de la operación un 30 por ciento menos de exacerbaciones de asma aguda y un 38 por ciento menos de un estado asmático agudo.

   También vieron que los pacientes pediátricos que se sometieron a la cirugía tuvieron una reducción del 36 por ciento de las hospitalizaciones relacionadas con asma y una disminución del 26 por ciento en las visitas a las urgencias hospitalarias asociadas con asma. Los niños sin operar no presentaron mejoras significativas.

   "Varios estudios pequeños han descrito una fuerte vinculación entre la apnea obstructiva del sueño y el asma, dos condiciones inflamatorias comunes que impiden la respiración en los niños. Pero queríamos probar la fuerza de la relación al analizarla en una población mucho más grande", destaca el autor principal del estudio, Rakesh Bhattacharjee, profesor asistente de Pediatría en la Universidad de Chicago y una autoridad en la medicina pediátrica del sueño.

   "Nuestro trabajo añade peso a la creciente sensación de que la apnea obstructiva del sueño agrava el asma e inclina la balanza hacia la identificación temprana de la apnea obstructiva del sueño", afirma. "Esto ayudará a los médicos a apostar por la intervención quirúrgica, no sólo para erradicar trastornos respiratorios del sueño, sino también para reducir la severidad del asma y disminuir la dependencia de los medicamentos en los niños asmáticos", agrega.

   No obstante, Bhattacharjee señala la necesidad de un ensayo prospectivo, aleatorio y controlado en la clínica para demostrar una relación causal directa. El asma es una enfermedad respiratoria común y costosa y se sitúa como la  tercera patología pediátrica crónica más frecuente en Estados Unidos, afectando a unos 7,1 millones de niños menores de 18 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

   También es la tercera causa más común de hospitalización de los niños estadounidenses menores de 15 años, con 770.000 visitas a las salas de urgencia pediátrica en 2009. Los costes sanitarios directos del asma infantil superan los 50.000 millones de dólares al año, según un estudio de 2011.

   La apnea obstructiva del sueño también es común, afectando a entre un 2 y un 3 por ciento de todos los niños. Se trata de la inflamación de las amígdalas y las adenoides, una hinchazón que estrecha la vía aérea superior de un niño, que se colapsa episódicamente por la noche, interrumpiendo la respiración y el sueño, a menudo cientos de veces cada noche. La cirugía adenoamigdalectomía, la extirpación de las adenoides y las amígdalas, es la terapia estándar.

   El estudio incluyó datos de más de 40.000 niños con edades de entre 3 y 17 años, obtenidos a partir de las bases de datos de Truven Health's MarketScan. Se incluyeron 13.506 niños estadounidenses con asma que se sometieron a la extracción de sus adenoides y amígdalas como tratamiento para la apnea obstructiva del sueño y los investigadores compararon los síntomas del asma el año antes de la cirugía con el de después.

   Los autores de este trabajo también compararon esos resultados con los datos de 27.012 niños con asma cuidadosamente emparejados en una proporción de 2:1 por edad, sexo y ubicación que no fueron sometidos a la cirugía y, por tanto, conservaron sus amígdalas y adenoides.

   La adenoamigdalectomía produjo mejoras significativas en varias medidas clave: la frecuencia de estatus asmático (episodios agudos de asma grave que no responden a ciclos repetidos de terapia) cayó un 38 por ciento, de 562 en el año antes de la cirugía a 349 en el año siguiente. En los niños a los que no se les practicó la cirugía, este tipo de ataques de asma grave también disminuyeron, pero sólo en un 7 por ciento, de 837 durante el año antes de la cirugía a 778 en el año siguiente a la operación.

   Las exacerbaciones de asma agudo cayeron un 30 por ciento, de 2.243 antes de la cirugía a 1.566, mientras que las exacerbaciones en el caso de los niños que no habían sido operados bajaron sólo un 2 por ciento, de 3403 a 3.336. La incidencia de resultados secundarios del asma, como broncoespasmos agudos y sibilancias, disminuyó significativamente para aquellos que se sometieron a cirugía pero se mantuvo sin cambios en los no operados.

   Los autores señalan varias preocupaciones sobre sus resultados: la base de datos MarketScan incluye sólo a pacientes con seguro privado, no los que tienen cobertura del gobierno o que no poseen seguro de salud, y tampoco está claro a partir de los datos disponibles por qué los enfermos se sometieron a la adenoamigdalectomía, aunque la gran mayoría de estos procedimientos se llevan a cabo para la apnea del sueño.

   A pesar de las limitaciones, los científicos hacen hincapié en las muchas conexiones plausibles que vinculan la apnea obstructiva del sueño con el asma: ambas son enfermedades inflamatorias, comparten factores de riesgo, como las alergias, la obesidad y la exposición al humo de tabaco, y la apnea obstructiva del sueño severa se asocia a menudo con el asma mal controlado.

   Los editores de la revista, en un breve resumen, destacan que la adenoamigdalectomía se relaciona con algunos riesgos y señalan que los resultados del estudio "sugieren que la detección y el tratamiento de la hipertrofia amigdalar pueden ayudar a mejorar el control del asma en los niños".

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