MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
La exposición a pesticidas, a metales y a algunos contaminantes atmosféricos podrían incrementar el riesgo de padecer esclerosis lateral amiotrófica (ELA), según se ha puesto de manifiesto durante el Simposio Internacional sobre Genética y ELA organizado por la Fundación Luzón y la Fundación Ramón Areces.
Además, tal y como han asegurado diversos expertos, también existe evidencia de la existencia de agrupaciones geográficas de casos de ELA (concretamente en varias zonas del Océano Pacífico como la Isla de Guam) asociados a factores ambientales.
Y es que, sólo entre el 5 y el 10 por ciento de los pacientes de ELA tienen o han tenido familiares de primer o segundo grado con la misma enfermedad o con demencia frontotemporal, es decir, son casos hereditarios. En el 95 por ciento de los enfermos, el origen no puede explicarse únicamente desde el punto de vista genético y es necesario tener en cuenta al individuo y su entorno.
En este sentido, los estudios genómicos desarrollados en los últimos años han permitido incrementar el número de genes conocidos vinculados a la enfermedad, incluida en su forma esporádica.
De hecho, algunos estudios también están demostrando que los factores medioambientales pueden influir en la epigenética del individuo en general y del paciente de ELA en particular, entendiendo por epigenética las modificaciones que sufren los genes a lo largo de la vida: envejecimiento o exposición a agentes externos.