MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
Más de 200 expertos nacionales e internacionales han debatido en la última edición del encuentro de profesionales Meet The Expert, organizado por la Alianza Otsuka-Lundbeck, la necesidad de alcanzar la funcionalidad como objetivo del tratamiento de la esquizofrenia, que ha supuesto un cambio de paradigma en el abordaje terapéutico.
A pesar de la falta de consenso existente sobre el concepto de funcionalidad, y su superposición con otros como calidad de vida, cognición y remisión clínica, la funcionalidad en esquizofrenia implica, además de la remisión de los síntomas, una mayor autonomía para manejar la propia vida.
En palabras del doctor Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón y expresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), "la funcionalidad en esquizofrenia no debería definirse de forma distinta a la de personas que no tienen la enfermedad".
"Lo que sí es importante es el reciente cambio de paradigma que se ha producido, sobre la base de una mayor ambición terapéutica, donde no solo se busca la remisión clínica sino una funcionalidad más amplia, que abarca las relaciones sociales, el funcionamiento familiar, laboral, académico, o aspectos subjetivos como la calidad de vida y el bienestar emocional", ha añadido.
Para el doctor Benedicto Crespo-Facorro, catedrático de psiquiatría, director de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla) y coordinador de esquizofrenia del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), "la funcionalidad es la aplicación del funcionamiento en la vida real, cómo una persona con esquizofrenia es capaz de asumir y desempeñar tareas de distinta índole en su día a día".
Además, la mayoría de los expertos coinciden al afirmar que la funcionalidad es un objetivo alcanzable en las personas con esquizofrenia y uno de los criterios más importantes para la elección del tratamiento farmacológico.
"La esquizofrenia no es esa enfermedad que evoluciona inexorablemente hacia la cronicidad y el deterioro cognitivo sino que en los distintos estudios longitudinales realizados, de primeros episodios psicóticos en personas que cumplían los criterios diagnósticos de esquizofrenia, hemos visto que hasta un 15 por ciento, aproximadamente, tenía un episodio único y una recuperación total, lo que significa que alcanzaba un nivel de funcionamiento igual al existente antes de ese primer episodio psicótico", ha explicado el doctor Arango.
CONDICIONANTES DE LA FUNCIONALIDAD
Entre los factores que condicionan la funcionalidad de las personas con esquizofrenia se encuentran los síntomas negativos y cognitivos, la falta de conciencia de enfermedad y de adherencia al tratamiento, el consumo de cannabis, y los acontecimientos adversos de algunos antipsicóticos, como el riesgo de hiperprolactinemia, tal y como se ha analizado en la jornada Meet the Expert, a través de distintas ponencias a cargo de expertos nacionales e internacionales.
Entre los principales síntomas negativos de la esquizofrenia están la reducción de la expresión emocional y la pérdida de motivación, así como el aislamiento social. Ante la sospecha de síntomas negativos, los especialistas consideran necesario realizar un diagnóstico diferencial, valorar la gravedad de esos síntomas y vigilar su evolución, ya que uno de los mayores predictores de una pobre funcionalidad es la presencia de síntomas negativos y cognitivos1.
"La presencia de síntomas negativos, incluso previos al primer episodio psicótico, o un peor funcionamiento cognitivo, sin duda, tienen un mayor valor predictivo que la presencia o la gravedad de los síntomas psicóticos positivos (delirios y alucinaciones), incluso cuando esos síntomas positivos son muy agudos y llamativos, lo cual puede ser incluso un factor de buen pronóstico", ha aclarado el doctor Arango.
Como ha detallado el doctor Crespo-Facorro, "la función ejecutiva, la velocidad de procesamiento y la atención son las tres dimensiones cognitivas más afectadas en las personas con esquizofrenia, si bien, en general, hay una afectación de todas las dimensiones, que se mantiene en el tiempo, sin un declinar cognitivo, en la mayoría de los pacientes".
"La cognición puede afectar a la funcionalidad, por lo que sería recomendable contar con un buen mapa del patrón de funciones cognitivas de cada paciente e intentar diseñar programas de rehabilitación apropiados", ha apostillado.
Los síntomas negativos y cognitivos impactan en el funcionamiento de la vida real de las personas con esquizofrenia. Sin embargo, todavía no se abordan de forma sistemática en la práctica clínica. Según Crespo-Facorro, "la evaluación de los síntomas cognitivos requiere de escalas específicas con cierta complejidad que, además, conllevan un consumo de tiempo importante, por lo que en el día a día no está instaurado su uso habitual".
"En cuanto al abordaje de los síntomas negativos, muchas veces necesitamos hacer análisis más específicos. Aunque no sea fácil, necesitamos disponer de una evaluación clínica pormenorizada de la sintomatología negativa y cognitiva de nuestros pacientes porque, muchas veces, va a estar interfiriendo de manera trascendente en su funcionalidad. Debemos integrarla en nuestra rutina para poder diseñar programas de intervención más personalizados", ha remachado.