MADRID, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
La doctora Cristina Lamas, endocrinóloga del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, y Manel Puig Domingo, director y profesor de endocrinología del Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud Germans Trias i Pujol, han coincidido en que en el abordaje de la acromegalia debe avanzar hacia una medicina cada vez más personalizada y para ello es fundamental mejorar la predicción de la respuesta a los distintos tratamientos.
En marco del simposio satélite 'Hacia la medicina personalizada en acromegalia', organizado por Novartis, que esta enfermedad poco frecuente es crónica y debilitante, y afecta a unas 60 personas por cada millón a nivel global, presentando una incidencia anual de 3 a 4 nuevos casos por cada millón de personas.
Actualmente el abordaje terapéutico de la acromegalia se basa en "la cirugía por vía transesfenoidal, como el tratamiento de primera elección. Pero para aquellos pacientes en los que la enfermedad persiste o reaparece tras la cirugía existen distintos fármacos que bloquean los efectos del exceso de la hormona. Estos tratamientos se han ido ensayando de manera sucesiva en el mismo paciente hasta dar con el más efectivo", ha indicado Lamas.
Sin embargo, la endocrinóloga ha afirmado que "la comunidad científica lleva tiempo intentando identificar qué factores permiten predecir la respuesta de un paciente concreto a los distintos tratamientos, eligiendo así de entrada la opción terapéutica que mejor vaya a funcionar en cada caso".
A este respecto, el doctor Puig destaca que el papel de los marcadores mejorar la predicción de la respuesta terapéutica y avanza hacia una medicina cada vez más personalizada. Esto es importante teniendo en cuenta que "aproximadamente el 60 por ciento de casos de acromegalia presentan una respuesta incompleta o débil al tratamiento con los fármacos de primera línea, es decir, a los análogos de la somatostatina".
Asimismo, "un buen control de la hipersecreción de hormona de crecimiento permite igualar la tasa de mortalidad a la población general" que padece esta enfermedad, según el doctor, ya que la mortalidad de estos supera en tres veces la observada en la población normal, lo que conlleva una reducción del promedio de la esperanza de vida de estas personas en aproximadamente 10 años.