MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
Los expertos en el tratamiento de la dependencia a opiáceos controlarán, a partir de ahora, los posibles casos de dependencia entre los pacientes que toman analgésicos opiáceos recetados de forma regular y continuada. Este es uno de los compromiso aprobados en el marco del X Congreso Internacional 'Mejoran do los resultado del tratamiento de la dependencia a opiáceos', que ha reunido esta semana en Madrid a más de 4.000 especialistas internacionales en este campo.
Entre las 24 mejoras consensuadas por esta delegación, que incluyó 77 médicos españoles, figura también realizar electrocardiogramas a todos los pacientes con altas dosis de metadona y los que tenga diferentes medicaciones con cambios en la dosificación, ya que algunos opiáceos a altas dosis pueden generar arritmias.
Asimismo, han decidido que recetarán menos benzodiazepinas y evitarán los tipos de benzodiazepinas más adictivos --los de acción corta-- para proteger a los pacientes en tratamientos de mantenimiento con opiáceos, pues la toma de opiáceos junto con benzodiazepinas puede ser mortal.
Además, han acordado fomentar la participación de los pacientes en programas educativos, así como a obtener un consentimiento informado antes de iniciar el tratamiento y aconsejar sobre la prevención de sobredosis a los pacientes abstinentes, así como a aquellos que salen de la cárcel. Estos expertos en estos tratamientos informarán de su progreso el próximo año.
La dependencia a opiáceos, normalmente heroína o analgésicos con receta, es un trastorno recurrente a largo plazo que puede provocar la muerte del afectado. La ONU calcula que más de 15 millones de personas en todo el mundo consumen opiáceos --la mayoría heroína-- y las personas que consumen opiáceos tiene n una probabilidad 20 veces may de morir que la población en general.
El tratamiento con medicamentos para la dependencia de opiáceos reduce la mortalidad en más de la mitad, más de seis veces la propagación de la infección por VIH y baja los costes derivados de delitos y problemas de salud. Unos 80.000 pacientes reciben tratamiento para la dependencia a opiáceos en España.