MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
Existe campo para avanzar en la investigación sobre los problemas de fertilidad del varón, sobre todo en lo que su origen genético se refiere, según ha apuntado el director médico de Clínicas Eva, César Lizán, durante la jornada 'El varón en Reproducción Asistida', organizada por Clínicas Eva en Madrid.
En la mesa, se ha debatido sobre el aumento de la infertilidad en ambos sexos, pero en especial la "pérdida histórica" de calidad del material reproductivo del varón. Para César Lizán, la infertilidad masculina ya no es tabú, sino que "el problema es cada vez más conocido y está más normalizado". "Los hombres acuden más a la consulta, lo que resulta fundamental para el éxito final de los tratamientos de fertilidad que, al final, son cosa de dos", expone.
"En nuestra sociedad existe una disfunción entre la edad fértil y el proyecto reproductivo de las parejas; es decir, entre cuando deberían ser padres, biológicamente hablando, y la edad a la que deciden hacerlo. Entre los 20 y 30 se dan las condiciones físicas óptimas, mientras que hoy en día es a los 40 cuando padres y madres se deciden a dar el paso", plantea este experto.
En este sentido, Lizán advierte de que, aunque el esperma masculino no pierda capacidad reproductiva con la edad, como ocurre con los óvulos femeninos, un diagnóstico tardío "sí retrasa los planes de la pareja, lo que puede afectar, a la larga, a la salud del futuro bebé". "No se incluyen en esta reflexión a los llamados padres abuelos, a los que algunos estudios relacionan con posibles enfermedades (esquizofrenia y autismo) y alteraciones genéticas en la descendencia", recuerda el ginecólogo de Clínicas Eva.
Así, ha señalado que la criopreservación del semen es una "solución" para este problema, lo mismo que para evitar que el esperma pueda verse contaminado por los llamados disruptores endocrinos. "Es el caso de profesionales que trabajan con tóxicos altamente contaminantes y cuya afectación sobre la fertilidad masculina está comprobada, el esperma se libra así del contacto con plástico, plomo y mercurio, vibraciones excesivas, temperaturas extremas, y a radiaciones", ha añadido.
Por otro lado, César Lizán ha aseverado que el hecho de padecer antecedentes familiares de infertilidad en la familia "no debería suponer un motivo de alarma". "Ahora bien, en estos casos, sí es útil, importante y previsor consultar a un especialista para planificar la vida reproductiva, cuándo y cuántos hijos se desea tener", ha concluido.