MADRID, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las ventajas del láser para la extirpación de lesiones precancerosas de la cavidad oral con respecto a las técnicas convencionales de extirpación con el bisturí son varias, según señala el doctor Víctor Zafra Vallejo, médico adjunto del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial y Odontología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, quien destaca que "disminuye el riesgo de hemorragia posquirúrgica al ir cortando y cauterizando el tejido al mismo tiempo".
Además, produce menor retracción de la cicatriz resultante y la precisión en el corte es mayor. Una vez descartada la existencia de células malignas se puede optar por la extirpación completa de la lesión mediante láser, un instrumento que produce un haz de luz dirigido y que resulta ideal para este tipo de tratamientos por su gran absorción a nivel de la mucosa oral. Todo esto contribuye también a que el postoperatorio sea menos doloroso, con menor tiempo de recuperación para los pacientes.
Las lesiones premalignas o precancerosas de la mucosa de la cavidad oral son aquellas cuya morfología está alterada, lo que puede conducir a la aparición de un cáncer de boca con más frecuencia que cuando se compara con un tejido normal. Estas lesiones pueden aparecer en forma de placas de color blanco (leucoplasias), placas rojizas (eritroplasias), placas atróficas, lesiones con aumento de relieve o bien una combinación de las mismas.
No obstante, como asegura el doctor, "la presencia de estas lesiones no implica el desarrollo definitivo de un cáncer de boca y, en muchas ocasiones, desaparecen al retirar los factores externos que inducen su aparición: tabaco, alcohol, roce de piezas dentales en mal estado o de prótesis mal ajustadas".
Sin embargo, otras veces, aunque se eliminen estos factores externos, las lesiones precancerosas no desaparecen, por lo que se hace preciso realizar técnicas quirúrgicas para su resección, evitando así su progresión hacia un cáncer.
El diagnóstico precoz es el mejor tratamiento para este tipo de lesiones. El primer paso, según explica el especialista, es estudiar bien al microscopio su naturaleza, con la toma de una pequeña biopsia. "Un procedimiento que se efectúa con anestesia local, sin apenas molestias, y que permite al anatomopatólogo definir la naturaleza de la lesión, descartando la existencia de células cancerosas", aclara.