Experto destaca la importancia de la educación sanitaria para la adherencia al tratamiento del asma

Archivo - El jefe de Servicio de Neumología del Hospital la Luz de Madrid, José María Echave-Sustaeta, afirma que existen tratamientos para los casos más leves y los casos más graves y de peor control.
Archivo - El jefe de Servicio de Neumología del Hospital la Luz de Madrid, José María Echave-Sustaeta, afirma que existen tratamientos para los casos más leves y los casos más graves y de peor control. - QUIRÓNSALUD - Archivo
Publicado: martes, 20 diciembre 2022 14:46

MADRID, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -

El especialista del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Infanta Elena y director de la 'IX Jornada de Alergología: actualización en diagnóstico y tratamiento del paciente con patología alérgica', Aythamy Henríquez Santana, ha destacado la importancia de la educación sanitaria para la adherencia al tratamiento del asma.

Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que cursa con una hiperrespuesta bronquial y una obstrucción variable al flujo aéreo total o parcialmente reversible. En torno al 3-5 por ciento de los pacientes desarrolla esta afección en su forma grave, lo cual requiere una atención especial y una adecuada gestión de circuitos, para favorecer una óptima derivación y un tratamiento adecuado de las comorbilidades.

"En el tratamiento del asma, se sigue una estrategia global e individualizada en cada paciente a largo plazo, basada en un tratamiento farmacológico óptimo ajustado, acompañado de medidas de desalergenización o control ambiental, educación para el asma y control funcional en cada visita, así como, dentro de la educación sanitaria, el manejo en el uso de los dispositivos inhalados, todo ello clave para conseguir la adherencia del paciente al tratamiento", ha añadido la especialista del citado servicio, Marta Seoane Rodríguez.

Por su parte, la doctora Sandra Blanco Bermejo ha aclarado que, al ser el asma una enfermedad crónica, el objetivo es alcanzar y mantener el control de los síntomas y la prevención del riesgo futuro, especialmente de las exacerbaciones, que pueden poner en riesgo la vida del paciente, pero también el deterioro de la función pulmonar, reduciendo al máximo la mortalidad.