CÓRDOBA 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
La cirujana pediátrica del Hospital Quirónsalud Córdoba Victoria Jiménez ha indicado que los nevus congénitos, manchas pigmentadas de la piel que pueden estar presentes al nacimiento o aparecer durante el primer año de vida del bebé, deben tratarse de manera precoz, con el fin de disminuir el riesgo de que desarrollen melanoma (sobre todo los de mayor tamaño) "y por los condicionantes estéticos que supone una mancha de estas características en los pequeños, que les puede causar complejos".
Según ha detallado el Hospital Quirónsalud en una nota, existen varios tipos de nevus, por un lado están los congénitos o adquiridos según estén o no presentes al nacimiento, por otro según el tipo de células que proliferen, siendo los más frecuentes los melanocíticos (de los melanocitos), y también se pueden clasificar según su tamaño en pequeños, medianos y gigantes (a partir de 20 centímetros se considera un nevus gigante congénito).
El tratamiento más adecuado es extirparlos, pero hay distintas maneras según la localización y el tamaño. En concreto, una de las técnicas más apropiadas es el cierre primario, que consiste en ir retirando tejido afectado de manera secuencial, disminuyendo primero el tamaño del nevus hasta extirparlo por completo y cerrar la piel sana.
Tal y como ha explicado la cirujana pediátrica, "la principal dificultad que nos encontramos para extirpar un nevus gigante congénito es disponer de piel adicional con la que cubrir el área que queda expuesta una vez que se ha extirpado". Para ello en ocasiones es necesario utilizar expansores, uno o varios para dar de sí la piel sana limítrofe a la lesión y cubrir la zona una vez extirpado el nevus.
También se pueden realizar injertos de la propia piel del paciente, así como utilizar regeneradores dérmicos, que son tejidos sintéticos que simulan y sustituyen la piel y permiten cubrir grandes defectos cutáneos.