MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
La doctora Virginia Meca, coordinadora de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid), ha recordado que el diagnóstico de la esclerosis múltiple (EM) se produce generalmente en la etapa fértil de la vida de una mujer, "por lo que el embarazo es una aspecto fundamental que abordar y manejar".
El embarazo puede ser un factor protector para algunas mujeres con EM. Así, algunas pacientes de riesgo, principalmente aquellas con mayor grado de actividad previa, no están exentas de padecer una recaída durante esta etapa. La doctora Meca ha aludido al "riesgo que supone para una paciente con EM la retirada de su tratamiento en el momento que desea quedarse embarazada, debido a que la mayor parte de los tratamientos no son compatibles con el embarazo". Por último, en la etapa de postparto la probabilidad de tener un brote se incrementa considerablemente.
En este sentido, la experta ha señalado que los últimos avances contra la enfermedad han modificado de forma radical el manejo de las pacientes en ese momento de su vida. "Actualmente se dispone de evidencia suficiente para poder usar determinados fármacos en el embarazo y la lactancia, algo que supone todo un avance para las pacientes, disminuyendo el riesgo de brotes y discapacidad y con un perfil de seguridad elevado para el feto y neonato", ha comentado durante 'Foro EMotion', un encuentro organizado por la compañía Merck en Madrid.
Por otra parte, en la cita también se ha analizado el estudio de los neurofilamentos (proteínas estructurales esenciales en las células del sistema nervioso o neuronas), que "está planteando muchas ventajas en el terreno de las enfermedades neurodegenerativas".
"Cuando se destruye la neurona, los neurofilamentos se descomponen en fracciones (cadenas pesadas y ligeras) que son detectables en el líquido cefalorraquídeo, desde donde salen en muy pequeñas cantidades también a la sangre", ha explicado el doctor Alfredo Rodríguez-Antigüedad, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Cruces (Bizkaia).
El estudio de los neurofilamentos todavía no se está utilizando en la asistencia clínica, pero ya se prevé que ayudaría a identificar brotes subclínicos (es decir, cuando existe una lesión neurológica que no se ha expresado a través de un síntoma), la respuesta terapéutica a un tratamiento para la EM y la progresión de la neurodegeneración.
"Los nuevos tratamientos y técnicas diagnósticas que nos permitirán adelantarnos a la enfermedad son la mejor prueba de que estamos trabajando en la dirección adecuada para normalizar la vida de los pacientes y reducir la huella de la enfermedad en su día a día", ha afirmado la directora Médico de Merck, Isabel Sánchez Magro.