SANTANDER, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
La coordinadora del área de Psiquiatría Infantil del Hospital Valdecilla, Beatriz Payá, ha destacado la importancia de la detección precoz de los trastornos del espectro autista (TEA), entre los que se encuentra el Síndrome de Asperger, del que hoy se celebra el Día Mundial, y que afectan a uno de cada diez niños es España.
En una entrevista al Colegio de Médicos, recogida por Europa Press, Payá explica que actualmente los síntomas para el diagnóstico de este tipo de síndromes se pueden detectar desde los 18 meses, e incluso antes. "Con estas edades tempranas podemos evidenciar síntomas de alerta, aunque la mayoría de los casos se diagnostican en torno a los 3 ó 4 años".
En este sentido, destaca la importancia de "mejorar" el diagnóstico precoz porque es fundamental para el tratamiento y sus resultados, pero en los casos más leves "es difícil". "Nos encontramos con casos en los que no se detecta sintomatología hasta que llegan a la adolescencia, donde empiezan a aparecer conductas raras para adaptarse a determinados contextos o al estrés, esos cuadros leves no se han diagnosticado en la niñez y dan la cara con más edad"
En este sentido señala el importante papel del pediatra, "atiende a los niños en la infancia temprana y por la información de los padres detecta señales, algunas de ellas pueden ser que el niño no mira a los ojos, no atiende a la sonrisa, al abrazo o hacen uso de los juguetes de una manera repetitiva".
Si el pediatra detecta alguna alteración de este tipo lo deriva a Atención Temprana y se puede empezar a intervenir en todas las áreas y, de manera paralela, lo envía a Psiquiatría Infantil o a Neuropediatría.
En cuanto a los tratamientos, señala que el plan de intervención engloba el trabajo con la familia, de especial importancia cuando se detecta y en las primeras fases del diagnóstico, y la intervención con el niño.
"A partir de los 3 o 4 años, la intervención que se hacía antes en Atención Temprana se realiza en el ámbito de los colegios que cuentan con logopedas y otros profesionales que se encargan de dar el apoyo que estos niños necesitan. Desde Sanidad nos coordinamos con ellos y con los colegios para hacerles saber el diagnóstico y apoyarles en las intervenciones, y desde Educación se encargan de las evaluaciones psicopedagógicas y hacen un estudio de las necesidades del niño para implementar las ayudas que pueda necesitar", señala.
Por otro lado, en Psiquiatría y Psicología se trabaja con el niño en habilidades sociales y se les dan las pautas necesarias a los padres. Además, en Cantabria existen asociaciones de familiares de pacientes "que hacen una labor importante porque están dando servicios que desde otros ámbitos no se pueden dar", y que complementan las acciones de Educación y Sanidad.
La principales características de los pacientes con estos síndromes son alteraciones persistentes en la comunicación e interacción social que se manifiesta en déficits en la reciprocidad socioemocional. También puede haber alteraciones en la comunicación no verbal y verbal, suele estar poco integrada en el uso de gestos o en la expresión facial, y a veces les cuesta comprender y tienen menos interés y comportamientos poco adecuados porque no entienden el contexto.
Hay otro apartado en el que tienen patrones e intereses muy repetitivos, desde movimientos reiterativos a dificultad con la rutina, o con cambios que les angustian, tienen dificultad para las transiciones que es algo que les dificulta su día a día.
Sobre la investigación para el tratamiento de los TEA, según Payá "es bastante potente" y España está participando a nivel mundial en uno de los estudios "más importantes", y en la parte clínica e intervención "se han hecho avances", también en determinados fármacos que pueden mejorar la parte del neurodesarrollo.
"Lo que cada vez queda más patente es la importancia del diagnóstico precoz, cuando se interviene a los dos años de edad intensamente hay síntomas que desaparecen", concluye.