MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Basilea (Suiza) ha demostrado que existe una relación entre la ocupación de camas y la mortalidad en los hospitales.
En su trabajo, publicado en la revista científica 'BMC Health Services Research', han revelado, además, que los hospitales más pequeños alcanzan su límite de capacidad mucho antes.
Desde el estallido de la pandemia de coronavirus, si no antes, nos hemos acostumbrado a ver en los medios de comunicación cifras relativas a la ocupación de camas en los hospitales. Se podría pensar que mientras haya camas libres, no hay problema.
Pero esta investigación ha evidenciado que, en algunos casos, la tasa de mortalidad en los hospitales aumenta considerablemente antes de que se alcance la plena capacidad.
Los investigadores analizaron los datos de más de 1,1 millones de casos de pacientes ingresados en 102 hospitales suizos con el fin de investigar la relación entre la ocupación de camas y la tasa de mortalidad a los 14 días en los hospitales. En otras palabras, los casos se observaron hasta la marca de los 14 días, a menos que fueran dados de alta antes.
La relación entre la ocupación de camas y la mortalidad es compleja. Además de la ocupación de camas, es importante tener en cuenta otros factores como los traslados de pacientes en los distintos hospitales, la gravedad media de los casos ingresados en el hospital en el día correspondiente y el riesgo individual de muerte de los pacientes.
Otras variables son las comorbilidades y la edad y el sexo de los pacientes. También se tuvo en cuenta la diferencia entre días laborables y fines de semana y el tipo de hospital.
El umbral de utilización de la capacidad a partir del cual aumenta el riesgo de mortalidad es diferente en cada hospital. Si un paciente está expuesto a una ocupación de camas superior a este valor, el riesgo de muerte aumenta en torno a un 2 por ciento diario.
En caso de dos o tres días adicionales con una utilización excesiva de la capacidad, se produce un aumento del 3,2 o del 4,9 por ciento, respectivamente, de la probabilidad de mortalidad a los 14 días en el hospital. El umbral de cada centro oscilaba entre el 42,1 y el 95,9 por ciento de ocupación de las camas.
Estas diferencias considerables influyen decisivamente en el umbral: cuanto mayor sea la ocupación media de las camas de un hospital, mayor será el umbral.
En el caso de los hospitales pequeños, la ocupación media se sitúa en torno al 60 por ciento, mientras que esta cifra aumenta hasta el 90 por ciento en los grandes hospitales. Con una ocupación media más baja, pueden producirse mayores variaciones, y estas variaciones en la ocupación de las camas se traducen en un umbral más bajo para el aumento de la mortalidad. En consecuencia, este umbral también se alcanza más rápidamente.
Entre las razones que explican el aumento de la mortalidad en caso de ocupación más elevada figura el hecho de que determinados tratamientos ya no pueden realizarse o se retrasan. Por otra parte, el número de médicos y de personal de enfermería se mantiene relativamente estable a pesar de estas grandes variaciones.
Según los investigadores, el problema puede resolverse reduciendo las variaciones de ocupación y garantizando que los hospitales cuenten con el personal adecuado. Sobre todo, cree que la solución está en el plano político: "Es difícil gestionar con eficacia muchas unidades pequeñas. Agrupar los hospitales o garantizar una colaboración más estrecha entre ellos reduce las variaciones y, por tanto, los riesgos."