MADRID, 20 May. (EUROPA PRESS) -
Si bien la mayoría de los niños infectados con el coronavirus tienen síntomas leves, una pequeña parte requiere hospitalización y un pequeño número requiere cuidados intensivos. Un nuevo informe de anestesiólogos pediátricos, especialistas en enfermedades infecciosas y pediatras del Hospital Infantil de Montefiore (CHAM) y del Colegio de Medicina Albert Einstein, describe las características clínicas y los resultados de los niños hospitalizados con COVID-19, durante los primeros días de la pandemia.
Publicado en la revista 'Journal of Pediatrics', el informe compara 46 niños de entre un mes y 21 años de edad que recibieron atención en una unidad general o en la Unidad de Cuidados Críticos Pediátricos. Los investigadores descubrieron que los niños que requerían cuidados intensivos tenían niveles más altos de inflamación y necesitaban apoyo respiratorio adicional, en comparación con los que eran tratados en una unidad general.
De los niños atendidos en la unidad de cuidados intensivos, casi el 80 por ciento tenía el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), que se asocia más comúnmente con los pacientes adultos gravemente enfermos de COVID-19, y casi el 50 por ciento de los niños con SDRA fueron colocados en ventiladores. En promedio, los niños de la Unidad de Cuidados Intensivos permanecieron en el hospital cuatro días más que los niños de la unidad general. Los investigadores también encontraron que aunque la obesidad y/o el asma eran altamente prevalentes en los niños de este estudio, estas complicaciones no aumentaron la probabilidad de que un niño necesitara mayores niveles de atención.
"Sabemos que en los adultos, la obesidad es un factor de riesgo de enfermedades más graves, sin embargo, sorprendentemente, nuestro estudio encontró que los niños ingresados en la unidad de cuidados intensivos no tenían una mayor prevalencia de la obesidad que los de la unidad general", explica el autor principal Jerry Y. Chao, del Children's Hospital at Montefiore (Estados Unidos).
Los investigadores también encontraron que más de la mitad de los niños no tenían ningún contacto conocido con una persona COVID positiva. Esto puede reflejar el hecho de que el virus puede ser propagado por personas asintomáticas y que el COVID-19 puede ser más prevalente en comunidades con una alta densidad de población.
"Afortunadamente, la mayoría de los niños con COVID-19 se encuentran bien y algunos no tienen ningún síntoma, pero esta investigación es un recordatorio aleccionador de que los niños no son inmunes a este virus y que algunos requieren un nivel de cuidado más alto", detalla otro de los autores, Shivanand S. Medar.