MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, perteneciente también al Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Enfermedades Infecciosas, ha llevado a cabo una investigación sobre los casos humanos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo registrados en España en los últimos años, y concluye que es necesario mantener e impulsar la vigilancia de este virus en España.
Los resultados del estudio, que se llevó a cabo entre 2016 y 2018, se han publicado en la revista 'Emerging Infectious Diseases', órgano de difusión científica de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Concretamente, los hallazgos obtenidos en este estudio, liderado por las científicas Anabel Negredo y Mari Paz Sánchez Seco, apuntan al ciervo común como el huésped que con mayor frecuencia arrojó garrapatas capaces de extender la infección (fue, con diferencia, la especie más estudiada), y confirman la presencia del virus en cinco comunidades autónomas de la parte central y suroeste del país.
En concreto, los resultados señalan la importancia de las garrapatas 'Hyalomma lusitanicum' en la circulación del virus, demuestran la presencia de varios genotipos virales y confirman su variabilidad genética. Además, apuntan que se necesitan más datos para concretar la distribución real del virus, conocer el origen de las cepas circulantes y establecer el riesgo de transmisión a humanos.
En la investigación han participado, junto a los técnicos de las comunidades autónomas implicadas, investigadores de la Universidad de Zaragoza y la Complutense de Madrid, el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, y los ministerios de Sanidad y Agricultura, Pesca y Alimentación.
CÓMO ES EL VIRUS DE CRIMEA-CONGO
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es una infección causada por un virus del género Nairovirus, considerada como enfermedad emergente en zonas como Europa Occidental, que se transmite mediante la picadura de una garrapata o por contacto con sangre o tejidos animales.
Se acompaña de síntomas variados, entre ellos posibilidad de fiebre, dolor muscular, mareos, cefaleas, náuseas, vómitos, somnolencia, dolor abdominal, taquicardia, erupciones cutáneas y hemorragias; los pacientes graves pueden sufrir un rápido deterioro renal, o insuficiencia hepática o pulmonar repentina. La tasa de mortalidad asociada es de aproximadamente un 30 por ciento.
España detectó por primera vez casos humanos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en 2016, tras haberse detectado en garrapatas capturadas sobre animales por primera vez en 2010. Desde entonces, se han detectado otros 8 casos en este país: 1 en 2013 (documentado recientemente en un estudio retrospectivo), 2 en 2018 (1 hallado retrospectivamente), 3 en 2020 y 2 en 2021.
El seguimiento epidemiológico de estos casos humanos revela una distribución del virus más amplia de lo esperado inicialmente, por lo que en 2016 comenzó un estudio multidisciplinar, ejemplo de trabajo entre diferentes sectores y administraciones con un objetivo común, para determinar la distribución nacional de garrapatas con el virus de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo.
Tras analizar más de 12.500 garrapatas obtenidas de vegetación y animales, el equipo del CNM utilizó técnicas moleculares para localizar el virus, que se detectó finalmente en 135 muestras de la mayoría de las regiones estudiadas, lo que confirma su extensión por casi toda España.
UN TIPO DE GARRAPATA EN LA DIANA
En concreto, se han hallado secuencias de diferentes genotipos del virus (genotipos I, III y IV) en las garrapatas estudiadas, la mayoría halladas en el tipo 'Hyalomma lusitanicum', también la especie más frecuente en este estudio, lo que sugiere que esta garrapata tiene un papel destacado en el ciclo natural del virus.
De hecho, las autoras explican que es muy probable que la circulación del virus esté restringida a las garrapatas 'H. lusitanicum', una hipótesis sospechada hace tiempo pero aún no confirmada, y que se seguirá estudiando porque este tipo de garrapatas se está expandiendo rápidamente en España como consecuencia de la propagación de uno de sus huéspedes naturales, los jabalíes.
Conocer mejor esta especie y sus hábitos relacionados con posibles preferencias de picar a humanos es uno de los objetivos a corto plazo, ya que se trata de una de las mayores fuentes potenciales de infección por el virus de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo. Las autoras apuntan que su presencia como parásito en personas no se ha estudiado lo suficiente, quizá porque no se haya identificado con precisión en muestras obtenidas en humanos.
La publicación de este artículo llega menos de un año después de que investigadoras del CNM publicaran un estudio sobre una nueva variante detectada del virus de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo. Estos resultados sugirieron una posible y potencial variabilidad genómica del virus en España, y aportaron nuevos datos para conocer mejor la dinámica de circulación y propagación del virus, mejorar la investigación, diagnóstico y vigilancia de la infección, y desarrollar herramientas de detección adecuadas.