MADRID, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las personas con problemas de salud crónicos tienen más probabilidades de sufrir también problemas de salud mental, un problema que se ha intensificado durante la pandemia de COVID-19. Investigadores de Canadá y el Reino Unido han descubierto ahora las "mejores prácticas" para atender las necesidades de esta población.
Los resultados de su estudio, una rápida revisión de artículos que examinan programas de salud mental en 10 países (entre ellos Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido, China, Ucrania, Italia, Alemania, Francia y España), identificaron cinco elementos clave comunes a las intervenciones sanitarias de éxito: conexión social, resiliencia, responsabilidad, confianza y reparto de poder.
"Estos mecanismos están interconectados y son cruciales para el desarrollo de intervenciones eficaces en materia de salud mental a todos los niveles y fomentarán las relaciones positivas entre las partes interesadas. No tener en cuenta estos mecanismos puede conducir a un mayor riesgo de crear y aplicar políticas que produzcan intervenciones menos eficaces para las personas con mayor riesgo de COVID-19", afirma Ben Collins, especialista en educación de la Facultad de Ciencias de la Salud Rady de la Universidad de Manitoba.
La importancia de las conclusiones del estudio va más allá de la pandemia actual. En particular, la necesidad de compartir el poder de decisión entre los que prestan y los que acceden a los servicios es clave para desarrollar servicios y políticas que satisfagan las necesidades de la comunidad.