MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ha asegurado que entre el 30 y el 40 por ciento de los casos de delirium son prevenibles, una enfermedad que a pesar de su alta frecuencia se suele diagnosticar "poco".
Este trastorno se puede generar por causas muy diversas, como pueden ser una neumonía, un infarto, una intervención, una leve infección de orina o incluso por deshidratacion, entre otras. Según los expertos, aparece de forma repentina e implica agitación, alucinaciones e hiperactividad, pudiendo llegar a un estado comatoso o de mucha somnolencia. La persona suele no reconocer a sus familiares, decir cosas incoherentes o ver o sentir cosas que no son reales.
El delirium afecta a un tercio de los pacientes mayores de 70 años hospitalizados, un porcentaje que se incrementa hasta el 50 por ciento de los pacientes ingresados en unidades quirúrgicas y un 75 por ciento de los pacientes de la UCI. El delirium provoca el doble de mortalidad frente a los pacientes que no lo presentan y aumenta el riesgo de demencia.
Esta patología no se suele diagnosticar tan fácilmente porque se considera algo "normal", según alertan los expertos, a pesar de ser en realidad una "urgencia médica". Por ello, desde la SEGG han propuesto una serie de estrategias para la prevención y el abordaje del delirium, dirigidas tanto a profesionales como a la población en general.
Entre ellas, aconsejan acompañar a los pacientes con mayor riesgo durante las primeras 48 horas; promover su movilización; mantener el uso de gafas y audífonos en aquellos pacientes que los necesiten; procurar que descansen por la noche y estén activos durante el día; recordarles donde están y en qué fechan o traer objetos personales, para hacer el entorno más agradable y conocido; asegurar la ingesta diaria de líquidos suficiente para evitar la deshidratación; y revisar su medicación.
En caso de desarrollar delirium, los profesionales recomiendan "mantener la calma", no llevar la contraria al paciente, utilizar palabras claras y sencillas, tono suave y explicarse las veces que sean necesarias, así como limitar el número de visitas y acompañar al paciente de noche si eso le aporta tranquilidad.