La estimulación transcraneal podría reducir la presión arterial en pacientes con hipertensión resistente

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Publicado: martes, 7 junio 2022 18:15

MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -

La estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS) podría ser una opción para reducir la presión arterial en pacientes con hipertensión resistente, según un estudio de la Facultad de Educación Física de la Universidad de Campinas (Brasil) publicado en la revista científica 'Frontiers in Cardiovascular Medicine'.

La hipertensión resistente o refractaria es la presión arterial alta que no responde a un tratamiento médico agresivo, definido como la administración diaria de al menos tres clases de fármacos antihipertensivos (incluido un diurético) a dosis máximas toleradas. Los pacientes con esta enfermedad corren un alto riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares, incluidos el ictus y la insuficiencia cardíaca.

Estos investigadores brasileños evaluaron los efectos de una única sesión (estimulación aguda) o de diez sesiones de tDCS sobre la presión arterial periférica y central en 13 voluntarios con hipertensión resistente.

Seis meses antes del inicio del ensayo, se evaluó la adherencia de los pacientes al tratamiento médico, que se mantuvo durante todo el estudio, así como el peso corporal, la altura y la presión arterial en reposo, y otras condiciones clínicas que podrían influir en la presión arterial.

"Tras la estimulación aguda, la presión sistólica de 24 horas medida por monitorización ambulatoria descendió en algunos pacientes en 15 mmHg [milímetros de mercurio]. Una reducción de esta magnitud mitiga significativamente el riesgo cardiovascular", explica Bruno Rodrigues, investigador principal del estudio.

Los resultados del ensayo clínico también mostraron que el periodo más largo de tDCS no redujo la presión arterial braquial, medida en la arteria braquial en la consulta del médico y monitorizada durante 24 horas.

"Una posible explicación es que la estimulación durante diez días consecutivos condujo a un mayor nivel de tolerancia y sólo funcionó inicialmente, con lo que la presión arterial volvió a subir después", apunta Rodrigues.

Investigaciones anteriores realizadas por el grupo habían revelado el potencial de la tDCS como método para modular el control del sistema nervioso autónomo y reducir la presión arterial en pacientes con hipertensión de leve a moderada. Esto apuntaba a la posibilidad de su uso para tratar la hipertensión resistente.

El estudio fue doble ciego y aleatorio, lo que significa que los pacientes fueron divididos al azar en grupos y ni ellos ni los investigadores sabían qué tipo de tratamiento recibían. Además, se trataba de un estudio cruzado, un tipo de ensayo clínico en el que todos los participantes reciben los mismos dos o más tratamientos, pero en un orden diferente, según el grupo al que se les haya asignado aleatoriamente.

Tanto en el protocolo agudo como en el más largo, se compararon los efectos de sesiones de 20 minutos de tDCS real y simulada. Los pacientes seleccionados aleatoriamente para la estimulación simulada recibieron corriente eléctrica sólo durante los tres primeros minutos, permaneciendo durante 17 minutos con los electrodos en la piel en el tratamiento simulado, mientras que los demás fueron estimulados durante los 20 minutos completos.

Tras una pausa de una semana, todos fueron sometidos a diez sesiones consecutivas. Tras otro descanso, los que habían recibido el tratamiento simulado recibieron el tratamiento completo y viceversa.

Los investigadores también comprobaron los efectos de la tDCS en el sistema nervioso autónomo (que controla funciones como la respiración, la circulación, la temperatura y la digestión, y comprende los sistemas simpático y parasimpático), y midieron los biomarcadores asociados a la presión arterial, como el cortisol, la noradrenalina, la acetilcolinesterasa y las citoquinas.

La hiperactividad del sistema nervioso simpático (responsable de las respuestas al peligro o al estrés, incluido el aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria) se considera una de las principales causas de la hipertensión y desempeña un papel especialmente importante en la hipertensión resistente.

En los pacientes con este trastorno, se asocia con el riesgo de arritmia, vasoconstricción y remodelación de los vasos sanguíneos y el corazón. La activación del sistema nervioso parasimpático (responsable de calmar las respuestas del cuerpo cuando se descansa o se alimenta) se ha relacionado con un mejor funcionamiento cardíaco, una menor presión arterial y una menor inflamación.