MADRID 3 May. (EUROPA PRESS) -
La estimulación multisensorial conlleva múltiples beneficios en personas con discapacidad intelectual, entre los que se destaca la mejora de sus habilidades, según señalan desde el Centro Psicopedagógico Mare de Déu de Montserrat de Hermanas Hospitalarias (Gerona).
Así lo declaran sus expertos tras haberse cumplido el pasado mes de abril un año de la puesta en marcha de la sala multisensorial de este centro asistencial gerundense, la cual se integra en su programa terapéutico. Durante este tiempo se ha observado una optimización en el estado de los 33 pacientes que la utilizan en la actualidad.
En este sentido, sostienen que algunos pacientes que nunca habían hablado han experimentado mejoras en la vocalización, además de que otros usuarios con hemiparesia han podido abrazar un objeto con las dos extremidades. A ello se une el hecho de que personas que sufren estereotipias motrices han dejado de moverse y han sido capaces de concentrarse con un estímulo e interactuar.
Por todo ello, la psicóloga del centro, Montse Estarlich, afirma que los beneficios de la estimulación multisensorial en el usuario se observan "a nivel global", ya que este tratamiento no farmacológico "contempla a la persona en su totalidad". Debido a esto, las mejoras son "tanto a nivel físico, como emocional y conductual", explica.
MEJORA LA CALIDAD DE VIDA DE LOS PACIENTES
Los pacientes a los que se les ha dado prioridad en esta dependencia han sido aquellos que tienen una discapacidad intelectual profunda asociada a alteraciones físicas importantes. A ellos, este sistema les ha permitido "poder trabajar sus capacidades físicas y cognitivas, y mejorar su calidad de vida", añade.
Al respecto, el fisioterapeuta del Centro Psicopedagógico Mare de Déu de Montserrat de Hermanas Hospitalarias, Víctor Bello, sostiene que la instalación es "un espacio idóneo" donde la relación con el profesional es exclusiva, y que permite conseguir cambios "físicos, emocionales, cognitivos y conductuales".
En la sala multisensorial es posible tanto el tratamiento individual, como "la realización de sesiones lúdicas en las que pueden participar dos o tres usuarios". En ella, los profesionales se encargan de realizar una evaluación de las capacidades sensoriales de cada persona y se fijan uno o más objetivos concretos a trabajar durante 20 sesiones de 30 minutos de duración.