MADRID, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla y la Universidad Pablo de Olavide (UPO) han diseñado un nuevo tratamiento para el abordaje de la fibromialgia que incorpora el uso de estimulación magnética transcraneal de baja intensidad y que, según han visto, permite mejorar la eficacia en el abordaje de esta enfermedad.
En concreto, según publican en la revista 'British Journal of Sports Medicine', con ocho sesiones de 20 minutos durante una semana, además de con cambios en el régimen alimenticio y ejercicio físico, logran reducir el dolor, mejorar la calidad del sueño y favorecer la incorporación de más personas a programas de actividad física.
En el estudio participaron más de 280 mujeres, entre 35 y 65 años, diagnosticadas de fibromialgia, a los que realizaron un seguimiento de 6 meses posterior al tratamiento identificando una disminución del 42 por ciento de la sintomatología de las personas afectadas, mejorando considerablemente su funcionalidad y calidad de vida.
"Aún no se ha identificado su etiología, pero existe un consenso de que una desrregulación en la integración del sistema nervioso, inmune y endocrino es el causante de esta enfermedad", según Francisco Berral, catedrático de Biomecánica, Kinesiología y Cineantropometría de la UPO.
Diversos estudios han validado el efecto del ejercicio físico (aeróbico, fuerza y flexibilidad), demostrando cambios positivos en los test que cuantifican el impacto de la fibromialgia en la calidad de vida. Sin embargo, como las personas afectadas presentan un mínimo de 5 zonas corporales con dolor permanente, existe una tendencia natural a rechazar el ejercicio físico o cualquier actividad que pueda inducir fatiga y exacerbar la sintomatología dolorosa.
Además, se han ido incorporando nuevas opciones terapéuticas para disminuir el dolor y permitir la incorporación de las personas afectadas a programas de actividad física como la estimulación magnética transcraneal de baja intensidad, una nueva técnica que presentó sus primeros resultados en 2013 demostrando un cambio significativo en la percepción de dolor y mejora en la calidad del sueño.
Este tratamiento consiste en aplicaciones de pequeños campos magnéticos a través de un gorro flexible que incorpora 32 bovinas que inducen una serie de cambios electromagnéticos en el cerebro modulando las redes neuronales que favorecen la disminución de la sintomatología.
Y debido a la baja intensidad de la estimulación magnética, no ha presentado ningún efecto adverso, independiente de la edad o de la gravedad de los síntomas, permitiendo su uso en la mayoría de los pacientes afectados.