La estimulación cerebral profunda para el Parkinson no aumenta el riesgo de demencia

Mano, persona mayor,  Parkinson
Mano, persona mayor, Parkinson - PIXABAY - Archivo
Publicado: jueves, 2 julio 2020 7:19


MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

Una nueva investigación apunta a que la estimulación cerebral profunda, que se utiliza en el Parkinson para controlar los problemas de movimiento, no aumenta el riesgo de desarrollar demencia, explican sus autores en la edición en línea 'Neurology', la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.

Para las personas con enfermedad de Parkinson avanzada, se ha demostrado que la estimulación cerebral profunda es más efectiva que la medicación para controlar sus problemas de movimiento. Pero las investigaciones han sido contradictorias en cuanto a si el tratamiento puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia.

Para la estimulación cerebral profunda, se colocan electrodos en ciertas áreas del cerebro para controlar movimientos anormales. Los electrodos están conectados a un dispositivo colocado debajo de la piel en la parte superior del pecho que controla los impulsos eléctricos.

"Estos resultados son muy alentadores para las personas con Parkinson y sus familias, ya que pueden aprovechar los beneficios de la estimulación cerebral profunda sin preocuparse de que aumente la probabilidad de desarrollar demencia", resalta la autora del estudio Elena Moro, de la Universidad de Grenoble Alpes, en Grenoble (Francia), y miembro de la Academia Americana de Neurología.

En el estudio participaron 175 personas con enfermedad de Parkinson con una edad promedio de 56 años que tenían estimulación cerebral profunda. Padecían Parkinson desde hacía un promedio de 12 años cuando se les implantó el estimulador. Luego, los investigadores revisaron a las personas después de un año, cinco años y 10 años para ver cuántas personas habían desarrollado demencia.

Después de un año, cuatro personas habían desarrollado demencia, o 2,3%. Después de cinco años, 142 personas estaban disponibles para las pruebas y 12 personas tenían demencia, o 8,5%. A los 10 años, 104 personas todavía estaban disponibles para las pruebas y 31 personas tenían demencia, o 29,8%. La tasa de incidencia global fue de 35,6 por 1.000 personas-año.

"Estas tasas no son más altas que las reportadas en la población general de personas con Parkinson --asegura Moro--. Los pocos estudios que están disponibles con una duración similar de la enfermedad han reportado tasas más altas de demencia. Otros estudios de personas con Parkinson que están tomando medicamentos para sus síntomas muestran una tasa de incidencia de demencia que varía de 50 a 100 por 1.000 años-persona".

Moro añade que la edad promedio más joven en su estudio puede ayudar a explicar la menor tasa de demencia. Además, las personas con problemas de memoria o de pensamiento moderados a severos no son elegibles para recibir una estimulación cerebral profunda, por lo que el grupo en general puede tener menos probabilidades de desarrollar demencia que un grupo general de personas con enfermedad de Parkinson.

El estudio también analizó los factores que se asociaron con un mayor riesgo de demencia. Los investigadores descubrieron que los hombres, las personas mayores, las personas que tenían alucinaciones, las personas con una puntuación baja en las pruebas de pensamiento antes de la cirugía y aquellos que tuvieron una hemorragia cerebral durante la cirugía para implantar el estimulador cerebral profundo tenían más probabilidades de desarrollar demencia.

"Conocer estos predictores puede ayudarnos a seleccionar personas que respondan mejor a la estimulación cerebral profunda y que puedan tener un mayor riesgo de tener un mal resultado cognitivo", añade Moro.