Estimulación cerebral no invasiva, ¿ayuda a dejar de fumar?

Archivo - Dejar de fumar.
Archivo - Dejar de fumar. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / SEZERYADIGAR - Archivo
Publicado: viernes, 6 agosto 2021 8:05

MADRID, 6 Ago. (EUROPA PRESS) -

Una nueva revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios ha encontrado pruebas de que la estimulación cerebral no invasiva puede reducir el número de cigarrillos al día en los fumadores dependientes de la nicotina.

Dado que la nicotina puede producir neuroadaptaciones en el cerebro que dificultan el abandono del tabaco, los investigadores han buscado formas de tratar la dependencia de la nicotina con técnicas de estimulación cerebral no invasiva (ECNI) que contrarresten la actividad cerebral anormal asociada a la exposición crónica a la nicotina.

Esta revisión, publicada por la revista científica 'Addiction', analizó doce ensayos controlados aleatorios de métodos de ECNI en un total combinado de 710 participantes con dependencia de la nicotina.

Utilizó una técnica de metanálisis en red para comparar los beneficios y la seguridad de los distintos tipos de ECNI, que mostraron resultados prometedores, pero los mejores resultados provinieron de la estimulación magnética transcraneal repetitiva de alta frecuencia (rTMS) de la corteza prefrontal dorsolateral izquierda (CPDI), que se asoció con la mayor reducción de la frecuencia de fumar.

Curiosamente, ninguno de los ECNI investigados pareció reducir la gravedad del craving o la dependencia de la nicotina, en comparación con los grupos de control. Es posible que la potenciación de la actividad de la CPDI aumente la liberación de dopamina, contrarreste el sistema de recompensa y ayude a los pacientes a hacer frente al ansia de fumar y a los síntomas de abstinencia no afectados, señalan.

Ninguno de los ECNI investigados se asoció con tasas de abandono significativamente diferentes a las de los grupos de control, lo que sugiere que este tipo de tratamientos son bien tolerados.

La nicotina afecta a la liberación de neurotransmisores en el cerebro, aumentando la actividad cerebral y la liberación de dopamina. Los niveles más altos de dopamina proporcionan placer al fumador. Con el tiempo, la exposición crónica a la nicotina hace que el cerebro produzca más receptores para manejar la mayor actividad cerebral.

Cuando los niveles de nicotina descienden, como cuando un fumador intenta dejar de fumar, la actividad del sistema de recompensa del cerebro disminuye, lo que provoca síntomas de abstinencia que fomentan que se siga fumando.