MADRID 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los españoles se cortan las uñas una media de seis veces al mes, y un 14 por ciento de la población afirma hacerlo más de una vez a la semana, además hasta el 25 por ciento afirma haber vivido momentos de inseguridad o incomodidad debido al mal estado de sus uñas, según estudio impulsado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos de España.
Asimismo, el estudio, realizado en colaboración con la compañía farmacéutica ISDIN, el 54 por ciento de los españoles no sabría reconocer si sus uñas sufren de alguna enfermedad como psoriasis, hipertrofias u onicomicosis, sin embargo el 66 por ciento de la población otorga una gran importancia al cuidado de las uñas, tanto desde el punto de vista estético como de la salud
Según la doctora Cristina Paradelo, dermatóloga de la Clínica DermaClínic de Barcelona, el desconocimiento sobre la salud de las uñas lleva a reforzar creencias erróneas, como que algunas de las alteraciones más frecuentes son "normales" y no implican complicaciones.
Por su parte, el doctor Antonio Zalacain, profesor de la Universidad de Barcelona y vicepresidente de Colegio de Podólogos de Cataluña, asegura que las uñas deben mantener siempre la misma apariencia y añade que "a los cincuenta años, las uñas deben tener el mismo aspecto que cuando teníamos veinte, por lo que cualquier cambio de estado debe ser tratado por un experto de forma inmediata".
Por otra parte, el estudio señala que las visitas al podólogo no se encuentran entre los principales hábitos de salud de los españoles. Menos del 30 por ciento de la población ha acudido alguna vez a hacerse atender las uñas por un experto, y la mayoría de veces ha sido solamente una consulta ocasional.
A pesar de que cada año incrementa el número de alteraciones en las uñas de los pies, sólo el 4 por ciento de los entrevistados acude al podólogo regularmente. El principal factor que impulsa la consulta es el padecimiento de molestias en los pies (80%), seguido de un 16 por ciento por motivos estéticos.
En este sentido, los especialistas alertan que el diagnóstico y tratamiento tardío puede causar daño permanente en las uñas, infecciones cutáneas secundarias o complicaciones con otras enfermedades como la diabetes o la anemia.