14 personas han sido ya donantes 'samaritanos', lo que ha permitido realizar 39 trasplantes en cadena
MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
En los últimos diez años se han efectuado 3.172 trasplantes renales gracias a la donación de vivo, en el último año se llegó a los 332, podría decirse que es una gota de agua dentro de los datos totales de trasplantes renales, 3.269 en 2017 - gracias al donante fallecido-, pero muy importante para la Organización Nacional de Trasplantes, que trabaja en fomentar este tipo de donación, así como la figura del donante 'buen samaritano'.
En España, se realiza un trasplante de donante vivo casi a diario. Aún no se ha llegado al objetivo marcado, el que establece su Plan 50x22 y con el que se espera alcanzar en los próximos 5 años los 9 trasplantes renales de vivo por millón de población (p.m.p), frente a los 7,1 p.m.p de 2017, y que supondría contar con un mínimo de 400 donantes vivos de riñón al año.
Este objetivo adquiere especial relevancia en el Día Nacional del Donante de órganos, tejidos y células que se celebra este miércoles en todo el país, dedicado precisamente al donante renal de vivo, bajo el lema 'La donación da mucha vida'. "La ONT agradece a los donantes y a sus familiares su solidaridad y recuerda que la donación de órganos es un acto de generosidad extrema, reconociendo en este día el especial valor de dicho acto cuando la donación se produce en vida", señala la organización.
No hay que olvidar que, además, la donación renal de vivo permite realizar un mayor número de los trasplantes renales cruzados, una opción que se puso en marcha en nuestro país en 2009. Desde entonces, 194 pacientes se han beneficiado de este tipo de trasplante, 14 durante el pasado año. En la actualidad, España tiene en marcha un programa de Trasplante Renal Cruzado Internacional, en el que también participan Italia y Portugal.
El 70 por ciento de los donantes son mujeres y los receptores suelen ser familiares, bien porque donan a su pareja o a su hijo. Este es el caso de Carmen Panadero, quien no se lo pensó cuando le dieron la posibilidad de donar un riñón a su hijo en septiembre del año pasado.
"Me lo propusieron el mismo día que entro mi hijo grave en Urgencias, me dijeron que los riñones de mi hijo no se iban a recuperar. Me dieron las dos opciones, en fallecido o en vivo, en ese momento pedí que me hicieran las pruebas", afirma a Europa Press, recordando que el proceso fue rápido y ha recuperado su vida normal, solo el recuerdo de el recuerdo de la cicatriz de la operación.
"Lo que estamos haciendo esta semana es fomentar la donación en vivo porque los riñones que hay, que hay bastantes, casi el 100 por ciento son de fallecidos, y una cantidad muy alta de riñones son de personas muy mayores, añejos para usarlos en las personas jóvenes. Hay que fomentar la donación en vivo porque se le da vida a la gente y no pasa nada", afirma.
Como era de esperar, madre e hijo se encuentran perfectamente, es más, afirma que su hijo "está como un toro", aunque sigue en revisión cada mes, cada día mejora y necesita menos medicamentos.
Los datos de la ONT también revelan datos significativos en el perfil del donante. La mayoría de los donantes registrados en 2017 tenían entre 46 y 60 años. El donante más joven fue de 28 años y el mayor de 76. En el caso del receptor, la edad mínima fue de 5 y la máxima de 76 años. El 95,5% de los receptores fueron adultos y sólo el 4,5% niños.
Por sexo, el receptor renal de vivo son mayoritariamente varones (67%). En cuanto al tipo de relación entre donante y receptor, los datos del pasado año reflejan lo siguiente: 111 eran pareja sentimental, 67 madres, 61 hermanos, y 36 padres. Entre los donantes también hubo 24 familiares de segundo y tercer grado, 14 participantes en el trasplante renal cruzado, 12 hijos y 7 amigos.
ÁNGEL, 'BUEN SAMARITANO': "YO NO LO DUDE"
Aunque menos conocido, pero cada vez con mayor aceptación se ha establecido la figura del 'buen samaritano', que se define como aquella persona que dona un órgano a otra a quien no conoce, ni tendrá oportunidad de conocer, de acuerdo a nuestra legislación.
Desde el año 2010 hasta hoy, la ONT ha recibido más de 250 solicitudes. Finalmente, se han evaluado 86 personas como posibles donantes 'buenos samaritanos'. En su mayoría, se trata de varones, nacidos en España, con una clara trayectoria vital edad media de 49 años y sin cargas familiares.
De todos ellos, 14 han donado ya, lo que ha permitido realizar 39 trasplantes en cadena o renales cruzados. Aquellos que no pudieron donar, fueron excluidos principalmente por causas médicas, ya que la protección del donante es fundamental.
Este ha sido el caso de Ángel, quien se decidió a donar tras trabajar durante años como conductor de ambulancia. "Llevaba a los enfermos de diálisis. Me afectó mucho una persona que tenía muchísimos problemas, iba a la diálisis pero le teníamos que sacar en camilla, porque no podía salir de pie, no podía andar, y, al final, tu también sufres mucho sal ver el sufrimiento de los demás".
Con el paso de los años, y tras ver un documental sobre los trasplantes en la India, "y ver que había gente que vendía un riñón para poder subsistir darles de comer a sus hijos, yo no lo dude, quise donar el riñón". Tras esta experiencia agradece a su familia y a todo el quipo del hospital el apoyo recibido, y le da gracias Dios "por este regalo", porque, afirma, "es un regalo que me ha permitido donar un riñón a un enfermo real".
REQUISITOS PARA SER DONANTE
Desde la ONT recuerdan que está demostrado que la supervivencia de un injerto renal de donante vivo es superior a la de donante fallecido. Este tipo de donación está especialmente indicado en pacientes jóvenes y preferiblemente antes de entrar en diálisis, aunque también presenta enormes beneficios en personas mayores. Está demostrado que la supervivencia de un injerto renal de donante vivo es superior a la de donante fallecido.
El donante renal de vivo tiene que ser mayor de edad y gozar de buena salud física y mental. La legislación española establece tres tipos de controles para garantizar la protección del donante, constatando que se trata de un acto voluntario y altruista y que el donante ha recibido adecuada información sobre el procedimiento.
En primer lugar, tiene que someterse a una evaluación del equipo médico que va a realizar la extracción, para determinar si es o no apto para convertirse en donante. Una vez superado este paso, el Comité de Ética asistencial del hospital tiene que aprobar la donación y posteriormente un juez debe autorizarla. La ley también establece la obligatoriedad de someter al donante a revisiones médicas periódicas.
En el caso de querer ser donante buen samaritano, se pasa los mismo controles sanitarios. Una vez seleccionado, se adjudica el órgano a un receptor de la lista de espera de donante fallecido o a un paciente incluido en el programa de trasplante renal cruzado, para iniciar una cadena de trasplantes renales. Su gesto beneficia así a más de un paciente.
La ONT recuerda asimismo que este tipo de donación permite hacer una vida absolutamente normal, aunque existen excepciones. Los estudios clínicos reflejan que este tipo de donantes suelen gozar de igual e incluso mejor salud que el resto de la población. Por regla general se trata de personas conscientes de la necesidad de cuidarse y además, reciben controles médicos durante el resto de su vida. Pero no deben exponerse a situaciones de riesgo donde pueda ponerse en peligro el funcionamiento de su único riñón.
En el campo quirúrgico, la donación renal de vivo ha experimentado importantes mejoras al recurrir a técnicas mínimamente invasivas, como la cirugía laparoscópica, que han reducido considerablemente los riesgos para el donante y acortado el tiempo de recuperación