MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
La escritora Rosario Raro ha donado parte de los ingresos de la venta de su novela 'La huella de una carta' a la Asociación de Víctimas de la Talidomida (AVITE).
El acto de entrega de este dinero, que ha tenido lugar el pasado viernes en Alcantarilla, donde AVITE tiene su sede nacional, supone la primera de las donaciones que realizará la escritora a los afectados por la talidomida, y realizará más conforme vaya obteniendo ingresos de su obra.
Además de esta donación en metálico, Rosario Raro también ha obsequiado al presidente de AVITE, José Riquelme, con una escultura construida en hierro que, según sus propias palabras, "simboliza que los afectados españoles de talidomida tienen una fuerza y una voluntad de hierro", y lleva insertada una A, de la artista Lola Torres, que "representa la A de AVITE, de Admiración, de Afectados y de Alcantarilla".
"Quienes también hacen el donativo a AVITE son los lectores de esta novela publicada por la editorial Planeta. Yo he aportado mi trabajo de documentación y escritura durante casi tres años. Sigo con la promoción continua del libro y sobre todo de la historia que narra por España, pero quienes lo han comprado y se han acercado a este suceso también han colaborado y además se han concienciado de esta injusticia. Gracias a todos y a los afectados por vuestro ejemplo. Pudimos ser cualquiera de nosotros", ha destacado Rosario Raro, que aprovechó su estancia en la ciudad alcantarillera para presentar su novela públicamente.
En este contexto, la escritora "no podría entender" que este jueves en el Congreso de los Diputados algún partido político votara en contra de que los afectados por talidomida reciban sus indemnizaciones, incluidas en una enmienda presentada por el PP dentro de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
Para la escritora, las "guerras de poder no pueden tener cabida en este caso". Por eso, considera que si algún partido político votara en contra de estas ayudas "nunca volverían a resultar creíbles cuando hablaran de medidas sociales", y "tendrían muy difícil explicar por qué a los ciudadanos".
"Cualquiera de nosotros pudimos ser los afectados por este fármaco. Yo, por ejemplo, no podría tener ahora mis diez dedos sobre el teclado, ni sostenerme sobre mis dos piernas, hay quienes a consecuencia de los daños irreparables que les produjo la talidomida no pueden siquiera dar un abrazo, pero siempre podemos ser nosotros quienes los abracemos a ellos. Eso tendríamos que hacer siempre: abrazarlos a ellos y abrazar las buenas causas. Nos iría mejor", ha concluido.