MADRID, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las olas de calor pueden llegar a influir "notablemente" en la conducta de las personas 'meteorosensibles', aquellas que ven alterado su estado de ánimo ante las condiciones climatológicas, tanto que estas pueden llegar a tener un carácter más impulsivo, impaciente y estar de mal humor, provocando además una mayor falta de atención, síntomas que se agravan si existe humedad y viento caliente, según el profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo, Fernando Miralles.
El profesor ha subrayado que, cuando el calor es excesivo, "las personas meteorosensibles se vuelven más apáticas y se sienten cansadas", y esto se debe a que las olas de calor provocan que las personas sufran vasodilatación, sudoración excesiva y pérdida de líquidos y electrolitos a través de la piel, unos problemas que, siguiendo una serie de recomendaciones, pueden combatirse.
En este sentido, Miralles ha aconsejado comer alimentos con pocas calorías, no ingerir alcohol, descansar más horas de las normales (siesta), reducir drásticamente la actividad física, usar ropas ligeras y, sobre todo, no exponerse directamente al sol y beber muchos líquidos.
Sin embargo, cuando el calor es limitado durante el verano, a diferencia de cuando es excesivo, el estado de ánimo aumenta y las personas se vuelven más simpáticas y tolerantes, debido, entre otras variables, a la incidencia del mayor número de horas de luz en los ciclos circadianos; estos regulan los ritmos de actividad/inactividad de las personas en base a la luz que reciben, según ha explicado el profesor.
"Las personas meteorosensibles pueden sentirse en otoño e invierno deprimidos por la falta de luz, mientras que en primavera y verano se encuentran más activas y alegre", ha añadido.