Entender el linfedema, una patología irreversible sin el tratamiento adecuado

Linfedema.
Linfedema. - JODI JACOBSON / JODIJACOBSON - Archivo
Publicado: viernes, 16 octubre 2020 8:16

   MADRID, 16 Oct. (EDIZIONES) -

   El linfedema es una patología que en España está infradiagnosticada. Supone un aumento de volumen (hinchazón) en cualquier parte del cuerpo (cara, tórax, brazos, piernas) provocado por un trastorno del sistema linfático.

   En nuestro país, en 2016 nació la Asociación Española de Linfedema (AEL), una organización sin ánimo de lucro cuyo fin es sensibilizar a la sociedad sobre la existencia de esta afección. En una entrevista con Infosalus, su fundadora y vicepresidenta, la fisioterapeuta Paloma Domingo García, advierte de que el linfedema puede convertirse en una enfermedad crónica que puede ser irreversible sin el tratamiento adecuado. De ahí la importancia de su diagnóstico adecuado, y sobre todo a tiempo.

    "La evolución natural (sin tratamiento) consiste en un aumento constante del volumen, así como en un cambio en la consistencia de los tejidos, lo que favorece el riesgo de infecciones y el empeoramiento de la patología", mantiene esta especialista con más de 30 años de experiencia.

   Según explica, el origen puede estar en el propio sistema linfático, siendo clasificado en este caso como 'linfedema primario'. "Es aquel que se origina porque existen pocos vasos o pocos ganglios de nacimiento, y que puede manifestarse al nacer o a lo largo de la vida, generalmente coincidiendo con los cambios hormonales", explica.

   En cambio, precisa que si el sistema linfático se ve lesionado u obstruido por causas externas (cirugía, radioterapia, extirpación de ganglios, infección, traumatismo etc.) se produce un 'linfedema secundario'. "Los más conocidos son en el brazo por las cirugías o tratamientos del cáncer de mama, en la pierna por cáncer de próstata, o uroginecológico; también puede asentarse en la cabeza y cuello por tratamientos de cáncer en la esfera otorrinolaringológica", menciona Domingo.

    A su vez, la miembro de la Asociación Española de Linfedema resalta que se trata de "una afección debilitante" que puede afectar negativamente a la calidad de vida de quien la padece, no sólo a nivel sanitario, sino también a su economía, participación social, o nivel de actividad. "Puede causar malestar físico (dolor, pesadez, disminución de fuerza) y emocional (ansiedad, depresión, angustia, trastornos de la imagen y la autoestima)", agrega.

    A su juicio, y en la actualidad, los datos sobre incidencia y prevalencia del linfedema "no son muy fiables". Se estima que en el mundo hay de 140 a 200 millones de afectados por linfedema, según recuerda. Ahora bien, dice que en España, al no haber una trayectoria de estudio y de diagnóstico de linfedemas, no existe una estadística adecuada y nos regimos por los estudios que existen a nivel europeo y mundial.

    "La OMS afirma que se estima que 1 de cada 30 personas a nivel mundial está afectada por linfedema", precisa la fisioterapeuta; siendo los más numerosos los linfedemas secundarios. "La causa más común del linfedema secundario en el mundo es la filariasis linfática (infección parasitaria producida por gusanos). En cambio, en los países industrializados, los tratamientos del cáncer se erigen como la principal causa", agrega Domingo.

   En este punto, señala también que el linfedema primario afecta dos veces más a mujeres que a hombres, y aparece en las piernas cuatro veces más que en los brazos. "En un 70% de los casos afecta sólo a una pierna, empezando distalmente con un aumento del volumen del pie. No obstante, también pueden afectar a ambas piernas e incluso a muslos, tronco, genitales, brazos y cara", detalla la experta.

   Sobre su diagnóstico, la vicepresidenta de AEL recuerda que es clínico, y la mayor parte de las veces no se hacen pruebas complementarias: "Existe un gran desconocimiento por parte de los profesionales, oncólogos, radiólogos, etc. El linfedema una vez establecido es una enfermedad crónica, pero dependiendo del estadio en el que se aborde el tratamiento se puede conseguir estabilizarlo y normalizarlo".

EL MÉTODO GODOY, UNA CLAVE DE MEJORA

    Por otro lado, Domingo agrega que, hasta ahora, las soluciones planteadas al tratamiento del linfedema son técnicas de drenaje como la terapia descongestiva del linfedema, o la terapia descongestiva compleja. "Los fisioterapeutas hemos estado aplicando estás técnicas, obteniendo buenos resultados y mejorando la calidad de vida de nuestros pacientes. Hoy, gracias a evidencias contrastadas, podemos proponer un tratamiento de excelencia con el que obtener en el 95% de los casos la resolución del linfema, el Método Godoy", subraya.

    Consiste en una variante de la Terapia Descongestiva del Linfedema, según detalla la vicepresidenta de AEL, que incluye maniobras de drenaje linfático manual que son diferentes y medidas de contención distintas. "En ocasiones, se aplican ejercicios pasivos, que hasta ahora no se empleaban en Europa, además de los activos y de los cuidados de la piel. La evidencia científica lo apoya", celebra esta experta que trabaja desde hace más de 30 años con pacientes con linfedema.

    De hecho, resalta que con esta terapia se puede normalizar cualquier tipo de linfedema, alcanzando casi el aspecto del miembro sano: "Un logro que se mantiene en el tiempo siempre que el paciente se comprometa a seguir con su prenda de contención y a realizar un tratamiento de mantenimiento, de ejercicio, y de dieta equilibrada".

    En última instancia, desde AEL, basándose en los estudios científicos, animan a todos los pacientes con linfedema, o en riesgo de padecerlo, a que hagan ejercicio de manera regular, ya que es "seguro y beneficioso". "Siempre debe realizarse un entrenamiento progresivo, controlado y supervisado al inicio. Es preciso trabajar la fuerza y la parte aeróbica y por supuesto, debe acompañarse de estiramientos al finalizer", añade la asociación.

   Respecto a alimentación, su vicepresidenta reconoce que no hay estudios concluyentes sobre su influencia en el desarrollo o volumen del linfedema: "Pero asumimos que una alimentación saludable es imprescindible para mantener los tejidos lo mejor posible y no sobrecargar el trabajo del sistema linfático".

EL PELIGRO DE UN MAL TRATAMIENTO

    En este contexto, llama la atención sobre aquellos pacientes que no son diagnosticados a tiempo, dado que el desarrollo natural de la enfermedad sin tratamiento es evolucionar desde estadios apenas perceptibles, hasta la elefantiasis, y en ocasiones hacia la malignización del linfedema.

   "Un mal tratamiento puede empeorar la patología y lesionar todavía más el sistema linfático. Existe un gran desconocimiento de los profesionales que están muy próximos a los pacientes oncológicos, que valoran poco o nada la posibilidad de aparición de un linfedema. Una vez superado el cáncer, la aparición de un linfedema puede cambiar la calidad de vida de los supervivientes. Es importantísimo hacer prevención y tratar a los pacientes en estadíos muy inIciales dónde podemos revertir la patología a estadíos subclínicos", sentencia la vicepresidenta de AEL, Paloma Domingo.