NUEVA YORK, 28 Abr. (Reuters/EP) -
Investigadores de la Universidad de Duke en Carolina del Norte (Estados Unidos) aseguran que los afectados por una enfermedad mental tienen más riesgo de complicaciones tras someterse a una cirugía de reemplazo de cadera, según los resultados de un estudio publicado en la revista 'The Journal of Arthroplasty'.
Estudios previos han asociado la depresión y otros trastornos mentales a una peor recuperación y a peores resultados de salud tras una intervención quirúrgica. En concreto, se sabe que tienen más complicaciones tras una cirugía cardiaca o de columna, de ahí que los autores de este trabajo quisieran saber si sucedía lo mismo en la implantación de prótesis de cadera, ha explicado Mitchell Klement, autor del trabajo.
La artroplastia total de cadera se realiza para aliviar el dolor causado por la artritis de cadera avanzada, e implica la sustitución de la articulación por una prótesis que generalmente resulta muy efectiva, según los autores. No obstante, las complicaciones más frecuentes son dolor, infección, trombos, accidentes cerebrovasculares o ictus, alteración del ritmo cardiaco o insuficiencia cardiaca, renal o respiratoria.
Para saber en qué medida la presencia de una enfermedad mental puede condicionar la recuperación tras la intervención, Klement y su equipo analizaron datos del Medicare entre 2005 y 2011 e identificaron un total de 86.976 pacientes que se habían sometido a esta cirugía y presentaban una de las tres patologías psiquiátricas más frecuentes: un total de 82.557 sufrían depresión, 5.626 trastorno bipolar y 3.776 esquizofrenia.
Los investigadores compararon la evolución de estos pacientes con la de un total de 590.689 pacientes que se habían sometido a la misma cirugía pero no presentaban una enfermedad mental.
De este modo, vieron que los enfermos mentales operados solían ser menores de 65 años, mujeres y presentaban otros problemas médicos adicionales. Y tres meses después de la cirugía, estos pacientes eran más propensos a haber desarrollado 13 de las 14 complicaciones médicas más frecuentes.
Así, tenían el doble de riesgo a sufrir una infección o a que la prótesis se rompiera o se saliera de su sitio, en comparación con los pacientes operados que no tenían una enfermedad mental.
EL DOBLE DE RIESGO DE NECESITAR UNA NUEVA CIRUGÍA
Asimismo, los enfermos mentales también eran dos veces más propensos a necesitar una segunda cirugía para revisar el estado de la prótesis, y tenían el doble de probabilidades de sufrir una insuficiencia respiratoria o una neumonía. En cambio, no hubo diferencias significativas en función de la enfermedad mental.
"Una peor salud mental reduce la capacidad de autogestión de estos pacientes a la hora de seguir las instrucciones que les da su médico para proteger sus articulaciones después de la intervención", ha destacado Ray Marks, profesor del York College, en Nueva York, que está especializado en cirugía de artritis.
Asimismo, este mayor riesgo también puede deberse a que estos pacientes son más propensos a tener más debilitado su sistema inmune, presentar un mayor índice de masa corporal y más riesgo de diabetes, lo que puede influir en una peor recuperación tras la cirugía, según este experto, que no participó en el estudio.
Klement coincide en estos argumentos y cree que es necesario informar antes de la cirugía a estos pacientes de los riesgos a los que pueden enfrentarse después e insiste en que "deben hacer todo lo posible para asegurarse de que sus problemas están bajo control y siguen unos buenos hábitos saludables".