MADRID, 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
HM Hospitales ha puesto en marcha una iniciativa en la que los especialistas imparten charlas y conferencias en los colegios para ayudar a los padres a trazar estrategias que les permitan reducir los comportamientos negativos de sus hijos y mejoren en la formación emocional, cognitiva y conductual.
Los expertos han recalcado la importancia de saber gestionar el tiempo y se establecen unas normas de comportamiento. Han señalado que las fechas navideñas son una oportunidad para descubrir, disfrutar y a la vez, educar a los hijos.
"Es importante organizar y planificar lo que se va a hacer, y cómo y cuándo se va a llevar a cabo evitará que los adultos vayan agobiados todo el día y que los niños pasen más tiempo del
deseado ante las pantallas. Actualmente, hay muchas actividades que podemos hacer conjuntamente y no tienen por qué comportar una carga económica añadida", ha indicado la coordinadora de la Unidad de Atención Psicológica Personalizada, Natalia Moreno.
La actitudes de los padres, según los profesionales, determinará que los menores se impliquen más o menos en actividades como practicar deporte, hacer galletas, pintar, ver una película, salir a ver las luces de Navidad, etc., por lo que es recomendable que
sea alegre y positiva. Sin embargo, por mucho empeño que se ponga, los conflictos surgirán.
Cuando esto ocurra, Natalia Moreno ha apuntado que es importante centrarse en las consecuencias que se pueden aplicar, ya que las personas se mueven en función de los efectos que causan las acciones que se realizan. "Son las contingencias las que hacen que la conducta se repita o se elimine en el futuro", ha recalcado.
Por ello, ha añadido, que si el comportamiento es bueno, debe premiarse y si es malo, debe castigarse; pero siempre reforzado con un elogio en el primer caso y de una indicación acerca de lo que se espera o debe hacerse, en el segundo. Lo que hay que tener siempre en cuenta es que cuando se trate de niños muy pequeños que se encuentren aún en fase de aprendizaje, debe alabarse más el
esfuerzo que el resultado.
Los especialistas han coincidido en que la consecuencia, ya sea positiva o negativa, debe ser inmediata y que los castigos ser un último recurso y aplicarse únicamente cuando la conducta sea peligrosa, pues generan miedo, rechazo y aumenta la probabilidad de que se responda agresivamente, generando enfado, culpa, vergüenza y sensación de descontrol.
Para Natalia Moreno, las consecuencias, la coherencia y la consistencia constituyen tres elementos clave a la hora de establecer límites. "La Regla de las '3C' nos dice que toda conducta debe tener una consecuencia y que debe ser coherente y proporcional a la acción que se ha realizado, especialmente si se trata de un castigo. No lo podemos poner más o menos grande en función de
nuestro enfado, sino que su magnitud tiene que ser adecuada a lo que ha hecho nuestro hijo y, finalmente, tiene que ser consistente, firme. Una vez se ha marcado, tiene que cumplirse por parte de ambos padres", ha subrayado.