MADRID 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
SICPA y el Bataillon de Marins-Pompiers de Marsella (BMPM) han lanzado una solución tecnológica innovadora para la detección de enfermedades en las aguas residuales de los aviones, lo que puede ayudar a controlar la "importación" de agentes patógenos de un país a otro.
Los análisis, que se realizan 'in situ' en cada avión, identifican en menos de dos horas patógenos como, por ejemplo, las mutaciones de SARS-CoV-2. Las pruebas de aguas residuales de los aviones tienen la ventaja de ser colectivas, no invasivas y confidenciales. Además, el sistema también pueden detectar varios patógenos en etapas tempranas en personas que no habrían dado positivo en la prueba individual requerida para el embarque.
"La solución desarrollada en asociación con el BMPM es uno de los módulos de adquisición de datos que permiten a los gobiernos construir su propio observatorio epidemiológico para monitorear las amenazas emergentes y el desarrollo de epidemias y pandemias, y para anticipar y gestionar los riesgos para la salud sin interrumpir innecesariamente la vida cotidiana de los ciudadanos, un desafío particularmente destacado durante la pandemia de COVID-19. Rápidamente desplegable a gran escala, ahora está disponible para cualquier estado interesado", ha dicho el director de la sección de Soluciones de Seguridad Sanitaria de SICPA, Arnaud Bernaert.
Basándose en su experiencia de más de 40.000 muestras tomadas de aguas residuales en comunidades urbanas de Francia desde el inicio de la pandemia de COVID-19, el BMPM ha desarrollado un protocolo de recogida para todo tipo de aviones, comerciales o privados, tan pronto como llegan a los aeropuertos. Los análisis realizados 'in situ' por equipos especialmente formados permiten detectar en menos de 2 horas la presencia de un patógeno a bordo, entre los pasajeros y la tripulación de un vuelo.
La solución puede identificar directamente variantes del coronavirus, así como otros patógenos respiratorios (especialmente la gripe). Además, se adapta constantemente a la evolución de la amenaza, gracias a una colaboración con el Grupo de Interés Científico EDEM Solutions, que tiene una capacidad industrial para adaptar las sondas de detección a nuevas variantes en pocas semanas, tan pronto como se conoce su secuencia genómica.
Por lo tanto, la solución que propone SICPA evita el aumento de contagios, mientras reduce el uso de test rápidos que, aunque den un resultado positivo, en la mayoría de los casos no se comunica a las autoridades. Los resultados de los análisis son devueltos inmediatamente en forma de cuadros analíticos desarrollados por SICPA y correlacionados con datos estadísticos y territoriales, lo que les permite seguir con precisión la evolución de una epidemia y la circulación de nuevos patógenos, y así decidir muy rápidamente sobre las medidas a implementar para proteger a su población y economía.