Embarazo, lactancia, y exámenes radiológicos: ¿son posibles? ¿hay peligro para el bebé?

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Publicado: lunes, 28 noviembre 2022 8:17

   MADRID, 28 Nov. (EDIZIONES) -

   Hay muchísimas pruebas o exploraciones radiológicas que se realizan en los servicios de Radiología o de Radiodiagnóstico. De hecho, hay descritas más de 300 pruebas que se pueden realizar según la sospecha clínica que los expertos tengan sobre el paciente y justifiquen su necesidad de hacerla.

   "Cada prueba tiene su indicación. En algunos casos son complementarias. Esta decisión es del médico que prescribe la prueba y del radiólogo especialista y experto en las pruebas radiológicas, que es quien indica la más adecuada para cada caso, y en alguna circunstancia puede evitar o sustituirla por otra con menor riesgo para el paciente", aclara a Infosalus en una entrevista la doctora Gloria Gómez Mardones, miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM).

   En líneas generales mantiene esta experta que los exámenes radiológicos de cualquier modalidad se desaconsejan siempre que no estén bien justificados: "Es aplicar el principio de protección radiológica, siempre hay que buscar el beneficio sobre el riesgo que acompaña toda exploración, no se deben hacer exploraciones porque sí, o por otras razones que no cumplan criterios de protocolos consensuados entre los médicos, sociedades científicas, u organismos internacionales relacionados con la salud".

   En el caso concreto del embarazo, ¿qué pruebas radiológicas se desaconsejan y por qué? La también miembro de la Sociedad Española de Radiología Pediátrica (SERPE) destaca que toda exploración que utilice radiación ionizante se desaconseja cuando no esté justificada.

SIEMPRE AVISAR DE QUE SE ESTÁ EMBARAZADA

   Eso sí, advierte de que siempre se debe informar a los servicios de Radiología cuando llega una paciente embarazada o si cree que pueda estarlo. "Se le confirmará si hay dudas mediante test, y se tomarán las medidas de protección radiológica que se recogen en los casos de embarazo y que están definidas en los programas de garantía de calidad de los servicios del decreto de 1999 por el que se establecen los criterios de calidad en radiodiagnóstico.

   "En el caso de que haya que hacerle exploraciones complejas que estén justificadas, y que lleven a una mayor dosis que una exploración simple, se harán sin restricción ninguna porque el beneficio que se va a obtener es mayor que el riesgo que corre, puesto que en el caso de pacientes no está establecido el límite de dosis", insiste la doctora Gómez Mardones.

   Se sabe que el embrión, el feto, o los niños son una población de mayor riesgo a la radiación ionizante que el adulto porque sus órganos están en continuo crecimiento y desarrollo, aparte de que concentran un mayor riesgo de daño celular, así como una mayor esperanza de vida que el adulto.

   "En caso de duda se puede solicitar la estimación de la dosis que haya recibido en una exploración compleja, mediante el informe que emiten los servicios de protección radiológica, pero para la tranquilidad de todos, las dosis que se utilizan en radiodiagnóstico suelen ser en muchos casos menores que la dosis de radiación ambiental que recibimos, y por no tanto no tienen efectos deterministas o que produzcan daños inmediatos", resalta la experta en Radiología.

   Para entenderlo, pone la miembro de la SERAM el ejemplo de una embaraza de 5 meses que ha sufrido un accidente de tráfico: "En el lugar de la atención primaria (accidente), se le explora, estabiliza. Se ve que tiene contusiones y heridas externas en la cara, y parece posible una fractura del tobillo. Inmediatamente a pie de camilla en el lugar de la atención se le debe hacer una ecografía para ver el estado del feto, ver sus órganos internos, sangrados, etc. y una vez trasladada al centro de urgencia, si la condición neurológica lo requiere, se le pueden hacer las exploraciones radiológicas que los especialistas le indiquen; como un estudio radiológico óseo de tobillo y quizás un escáner cerebral".

   Dice que, en este caso, el beneficio que va a tener la madre y el feto va a ser mayor que el riesgo que corren. "En estos casos se aplican protocolos que se llaman de 'baja dosis', y no tienen por qué correr ningún miedo, ya que las exploraciones están más que justificadas", sostiene la doctora y miembro de SERPE.

PRUEBAS DESACONSEJADAS EN EL EMBARAZO

   Por otro lado, la doctora Gómez Mardones indica que en el embarazo estarán desaconsejadas determinadas pruebas pero que todo depende del caso particular, según el estado clínico y el tiempo de gestación de la paciente. "No es lo mismo una indicación preventiva para el seguimiento y el control de embarazo del segundo o tercer trimestre, una sospecha de un ictus cerebral, un politraumatismo, sospecha de embolismo pulmonar, falta de movimientos del feto al sexto mes, o una sospecha de una malformación renal u otros órganos fetales a lo largo de la gestación", precisa.

   Por regla general, esta radióloga señala que siempre se debe empezar por exploraciones que no produzcan radiación ionizante como es la ecografía. "A continuación, la resonancia como complementaria en muchos casos de sospechas de hallazgos vistos en ecografía y que necesitan confirmación. Y, por último, las exploraciones con radiación ionizante, pero queremos enfatizar que deben estar justificadas aquellas que sean imprescindibles para la madre embrión y feto", ratifica la miembro de SERAM, al tiempo que sostiene que, en algunos casos, si la clínica del paciente no es grave, ni tampoco urgente, se pueden demorar las exploraciones para después del parto.

   Pone el ejemplo de la visita al dentista, donde puede haber una sospecha de varias caries y, dado el estado de algunas piezas, sería necesario realizar una ortopantomografía. "En este caso se puede demorar, aunque siempre insistimos en individualizar cada caso", sostiene.

EL PROBLEMA DE LOS RAYOS X EN EL EMBARAZO

   Con ello, esta doctora recuerda que los rayos X son una fuente de radiación ionizante, una incógnita cuando se descubrieron por eso le llamaron X. "Tienen dentro del espectro electromagnético una energía mayor que la luz ultravioleta, que las ondas del microondas, ondas de telefonía, etc., la energía que llevan los rayos X producen ionización, es decir, interactúan con átomos y moléculas y pueden cambiar sus propiedades, dañar la cadena del ADN de nuestras células. Nuestro organismo puede reparar ese daño o no, dependiendo de muchos factores", explica.

   Este riesgo de la "radiación" es un riesgo real, si bien asegura que la legislación antes citada recoge las medidas para minimizar y prevenir los efectos de la radiación como son: la justificación y optimización de las exploraciones. "Además, obliga a aplicar un protocolo administrativo, que consiste en informar y en obtener un consentimiento informado previo a la exploración en el caso del embarazo (siempre que el estado del paciente lo permita), y a determinar la dosis-útero, evaluar y comunicar los riesgos", apostilla.

   Durante el embarazo, la doctora Gómez dice que se distinguen varias etapas: la preimplantacional, que son las 2 primeras semanas; la fase embrionaria u organogénesis (se forman los órganos corresponden de la 3 a la 8 semana) en estas 2 primeras fases muchas veces la paciente no sabe si está embarazada (suele darse una exposición accidental). "Son fases en las que se dividen las células rápidamente son inmaduras y por lo tanto más radiosensibles y la probabilidad de dañar las células es mayor y a mayor dosis de radiación mayor daño celular. En estas fases son más frecuentes el retraso mental y las malformaciones (estaríamos hablando de dosis mayores de 100 mSv que no se dan en las exploraciones comunes y más frecuentes de radiodiagnóstico)", agrega.

   Para tranquilidad de las pacientes y evitar la radiofobia, señala que cualquier infección vírica, rubeola y otras, en este periodo puede producir un tanto por ciento mayor de malformaciones que por la dosis que se recibe al hacer una exploración radiológica.

   "Se conoce que el riesgo potencial en los primeros 14 días es el aborto, aunque no se ha podido demostrar con las dosis que se administran en las exploraciones habituales (siempre son menores de 100 mSv). De la 2 a la 25 semanas los estudios radiológicos fuera del abdomen como son la cabeza, cuello tórax y extremidades no tienen riesgo ya que la radiación que llegaría al abdomen y útero (feto) sería una radiación dispersa externa que es muy baja. En los estudios de abdomen y de pelvis se utilizan protocolos optimizados en los que el feto recibiría una dosis por debajo del umbral que puedan inducir anomalías del desarrollo; por lo tanto, si la prueba está justificada no habrá inconveniente en hacerla", prosigue.

   A su vez, detalla que con dosis recibidas inferiores a 100 mSv no hay efectos identificables y no está justificada la interrupción del embarazo; si bien con dosis superiores a 150 mSv hay riesgo epidemiológico potencial probabilístico de inducción al cáncer como se describió en las bombas atómicas de Hiroshima y de Nagasaki, o en los accidentes nucleares de Chernóbil, o de Fukushima.

   Por otro lado, subraya esta experta que si el feto ya ha pasado por el periodo de formación y de desarrollo de todos los órganos (embriogénesis) entra en un periodo de crecimiento y maduración celular que corresponde a la semana de la semana 8 a la 25. "Las exploraciones con radiación ionizante en la fase fetal tiene menos efectos porque las células son ya maduras y a las dosis que se utilizan en las exploraciones de radiodiagnóstico son siempre menores de 100 mSv, con dosis superiores podríamos decir en base a estudios epidemiológicos cierto retraso mental y el riesgo de carcinogénesis es un riesgo probabilístico", mantiene.

EN EL CASO DE LA LACTANCIA

   Mientras, en la lactancia sostiene que tampoco están desaconsejadas las exploraciones, siempre que estén justificadas: "Primero, las que necesiten usar contraste yodado este se elimina a las pocas horas y pasa muy poco y de forma insignificante al lactante. Por tanto, se puede lactar sin problemas. Solo se debe tener precaución en los bebés prematuros e hipotiroideos".

   A su vez, indica que las pruebas de medicina nuclear, el radioisótopo se puede eliminar por la leche y pasar al lactante. "En ese caso se desaconseja lactar en un periodo de 24 horas, y continuar con la lactancia materna pasado ese periodo de eliminación del isotopo radiactivo", asegura la miembro de SERPE.

   "A pesar de que hay mucha incertidumbre, miedo, y desconocimiento de lo que es la Radiología, de los técnicos superiores en imagen para el diagnóstico o TSID, y de los médicos radiólogos; somos casi invisibles dentro de la Medicina; hay una legislación que garantiza que las exploraciones sean muy seguras y de gran calidad", subraya.

   A su juicio, cada día se avanza en una mejora de los equipos para que den menos radiación y se obtienen mejores imágenes y diagnósticos con la menor dosis posible. "No hay que temer cuando se justifica bien una exploración durante el embarazo. En este complejo espectro de la radiación ionizante trabajan muchos expertos desde legisladores, fabricantes de equipos, ingenieros, radiofísicos, médicos, técnicos, personal de mantenimiento, entre otros, que son los que cuidan y velan para mejorar la salud del paciente. Gracias a la Radiología se salvan vidas", concluye la doctora Gómez.