MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
El cribado reduce la mortalidad por cáncer de próstata en un 21 por ciento, pero la situación cambia si analizamos los datos españoles ya que, según se desprende de un estudio europeo, el diagnóstico precoz mediante esta técnica no ha reducido la mortalidad en una muestra de más de 4.000 españoles.
La investigación, en el que participa la Universidad Complutense de Madrid a través del Hospital Infanta Cristina de Madrid, fue iniciada hace más de 15 años en ocho países -Suecia, Finlandia, Bélgica, Países Bajos, Francia, España, Italia y Suiza-, y en él han participado más de 180.000 varones.
"En nuestro estudio local no hemos visto una reducción de la mortalidad global (por otras causas) ni de la mortalidad por cáncer de próstata", afirma Marcos Luján, jefe de la Unidad de Urología del Hospital Universitario Infanta Cristina, asociado a la Universidad Complutense de Madrid, y uno de los autores del trabajo, publicado en 'Actas Urológicas Españolas'.
Los fallecimientos, cuando se producen, lo hacen a más largo plazo, por lo que sin un seguimiento prolongado no hay forma de saber si existen cambios en la mortalidad. Como el cribado parece tener efectos sutiles, contar con una muestra de gran tamaño ha resultado fundamental para poder contrastarlo. El seguimiento de los pacientes, que ha durado casi 16 años, todavía sigue en marcha. "Un cáncer de próstata diagnosticado mediante esta técnica tarda aproximadamente entre nueve y diez años en desarrollar síntomas", destaca Luján.
Los fallecimientos, cuando se producen, lo hacen a más largo plazo, por lo que sin un seguimiento prolongado no hay forma de saber si existen cambios en la mortalidad. Como el cribado parece tener efectos sutiles, contar con una muestra de gran tamaño ha resultado fundamental para poder contrastarlo.
La consideración aislada de los resultados españoles ofrece una visión parcial, y, por tanto, sobre si se debería extender o no la técnica del cribado a la población masculina española, los especialistas se muestran cautos. "Todavía no está claro que los beneficios superen a los riesgos", señala Luján.
Otra de las conclusiones del estudio es que, gracias a esta prueba, el diagnóstico de los casos de este tipo de cáncer se ha realizado en estadios más precoces, cuando el paciente no presentaba ningún síntoma. "La mayoría de los que se detectan por este método no son ni siquiera palpables mediante el tacto rectal", destaca Luján.
Sumando los datos de los ocho países, el trabajo refleja que la mitad de los cánceres diagnosticados no eran relevantes clínicamente. Además, para evitar una sola muerte por esta enfermedad ha sido necesario que el cribado se hiciera a 781 varones y siguieran tratamiento 27.
DATOS ESPAÑOLES
Con 4.276 participantes de entre 45 y 70 años, de las localidades madrileñas de Getafe y Parla, solo un 0,28% del total ha fallecido por esta enfermedad, después de casi 16 años de monitorización.
En España la mortalidad por cáncer de próstata ocupa el tercer lugar en cuanto al número de fallecimientos en varones, por detrás del broncopulmonar y del colorrectal. "Los datos reflejan que el riesgo de desarrollar un cáncer de próstata y de morir por esa causa entre los varones españoles resulta sustancialmente inferior al de sus homónimos europeos", señala Páez.
Del total de españoles con esta enfermedad, muere el 18%. No obstante, en la población de este estudio, la mortalidad por este tipo de cáncer ha sido "excepcionalmente baja", según los facultativos. Además, matizan que no es lo mismo evitar muertes por este tipo de cáncer que salvar vidas. "No existe ningún estudio que haya demostrado que el cribado disminuya la mortalidad global", recalcan.
CRIBADO POR PSA
El cribado consiste en determinar el nivel de PSA –una proteína producida por las
células de la próstata– en muestras de sangre. Si este supera los 3 nanogramos por
mililitro de sangre, los facultativos analizan si existe realmente ese tumor mediante una
biopsia prostática.
Sin embargo, no existe una correlación simple entre la cifra de PSA y el estadio de la enfermedad, y un PSA elevado también puede indicar enfermedades no neoplásicas, como infección o hiperplasia benigna de próstata (aumento del tamaño de la próstata). Además, unas concentraciones bajas de PSA no siempre indican que no exista cáncer. El PSA no es específico del cáncer, sino más bien del tejido prostático.