MADRID 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
Tomar placebo beneficia a los pacientes, incluso cuando saben que toman placebo, según un estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación Osher de la Facultad de Medicina de Harvard (HMS, por sus siglas en inglés) y del Centro Médico Diaconisa Beth (BIDMC), de Israel, publicado este miércoles en 'Plos One'.
El placebo se usa en ensayos clínicos como medida de control de la eficacia y seguridad de nuevos medicamentos en investigación. Aunque no contiene principios activos, los pacientes suelen responden al consumo de placebo. De hecho, los datos sobre placebos son tan convincentes que muchos médicos americanos --un estudio ha estimado que el 50%-- administran placebo secretamente a pacientes confiados.
Como este "engaño" es éticamente cuestionable, el profesor adjunto de Medicina Ted Kaptchuk y un grupo de investigadores del BIDMC estudiaron si el poder del placebo puede ser aprovechado abiertamente con los pacientes.
LOS BENEFICIOS DE LAS 'PÍLDORAS DE AZÚCAR'
Para ello, 80 pacientes con síndrome de intestino irritable fueron divididos en dos grupos: uno de control, que no recibió tratamiento, y otro, que recibió placebo sin ser engañados en este punto, pues se aclaró a los participantes que iban a recibir algo similar a "píldoras de azúcar", que tenían que tomar dos veces al día.
Según Kaptchuk, estos investigadores "no sólo dejaron claro que estas píldoras no contenían ningún principio activo y que no estaban hechas de ninguna sustancia, pusimos incluso en el bote de pastillas una etiqueta que decía 'placebo'". "Le dijimos a los pacientes que no tenían ni siquiera que creer en el efecto placebo. Sólo debían tomarse las píldoras", insiste.
El equipo observó a estos pacientes durante tres semanas. Al término del ensayo, cerca del doble de los pacientes tratados con placebo registraron un alivio de los síntomas, en comparación con el grupo de control, en concreto, el 59 por ciento frente al 35 por ciento. Incluso en otras medidas de resultados, los pacientes con placebo duplicaron sus tasas de mejora en un grado casi equivalente a los efectos de los más poderosos medicamentos.
SE NECESITAN MÁS ESTUDIOS
El investigador Anthony Lembo, profesor asociado de Medicina en la HMS y experto de la IBS, reconoce que "no creía que el experimento fuera a funcionar". "Me siento raro pidiendo literalmente a los pacientes que tomen placebo. Sin embargo, para mi sorpresa, parece que esta medida funcionó para muchos de ellos", dice.
Los autores advierten de que este estudio es pequeño y ha sido limitado a un objetivo. Simplemente, dicen, abre la puerta a la posibilidad de que los placebos sean efectivos incluso para los pacientes que lo toman informados de ello, una hipótesis que --insisten-- necesita ser confirmada en mayores estudios clínicos.
"Sin embargo --dice Kaptchuk-- estos descubrimientos sugieren que, más que los meros pensamientos positivos, podrían existir beneficios significativos en el ritual médico". "Estoy ilusionado con la posibilidad de seguir adelante con este estudio. El placebo podría funcionar, incluso cuando los pacientes saben que lo están tomando", concluyó.