MADRID, 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un estudio europeo publicado en la revista 'Scientific Reports' ha revelado que, en Europa, no se observan diferencias clínicamente relevantes en la efectividad de las terapias de primera y segunda línea para tratar el 'Helicobacter pylori' entre los diferentes grupos de edad.
La infección por 'Helicobacter pylori' es la principal causa de gastritis crónica, así como uno de los principales causas en el desarrollo de úlcera péptica. Además, es la única bacteria clasificada como carcinógeno de clase I por la Organización Mundial de la Salud (OMS), siendo el factor principal en el desarrollo del adenocarcinoma y del linfoma gástrico.
A pesar de que la prevalencia de 'Helicobacter pylori' está disminuyendo, especialmente en la población más joven, se estima que alrededor del 50 por ciento de la población mundial todavía está infectada por esta bacteria. La prevalencia de 'Helicobacter Pylori' está relacionada con el efecto de cohorte, es decir, a mayor edad de la cohorte, mayor prevalencia de infección.
Actualmente, existe una falta de datos no solo sobre el diagnóstico y tratamiento de 'Helicobacter pylori' en la población de edad avanzada, sino también sobre la comparación de los resultados con los sujetos jóvenes que podrían evaluar más a fondo las características de la población y ayudar potencialmente en la adaptación terapéutica en los diferentes grupos de edad.
Por este motivo, este estudio ha tenido como objetivo evaluar y comparar los métodos diagnósticos y las prescripciones de tratamiento para la infección por 'Helicobacter pylori', así como la efectividad de los regímenes de erradicación de primera y segunda línea más frecuentes entre las poblaciones de mayor edad y más jóvenes en Europa.
Para alcanzar dicho objetivo, se emplearon los datos del 'Registro europeo sobre el manejo de la infección por Helicobacter pylori (Hp-EuReg)', un proyecto observacional, multicéntrico europeo y prospectivo. Para ello, se analizaron todos los casos registrados entre 2013 y 2022 y se dividieron en dos grupos: mayores y menores de 60 años.
Se incluyeron 49.461 pacientes, de los cuales 14.467 (29%) eran mayores de 60 años, siendo el uso de medicación concomitante y la alergia a penicilina más frecuente en este subgrupo de pacientes. Se observaron diferencias entre ambos grupos en primera línea en las indicaciones del tratamiento, en la duración del tratamiento, en el uso de algunos esquemas de tratamiento (triple terapia estándar con amoxicilina-claritromicina, cuádruple-claritromicina-amoxicilina-metronidazol o secuencial-claritromicina-amoxicilina-tinidazol), así como en las dosis de inhibidores de la bomba de protones (exclusivamente en segunda línea).
Sin embargo, todas estas diferencias estadísticas no se consideraron de relevancia clínica. La incidencia de efectos adversos fue menor en el grupo de edad avanzada. No se observaron diferencias en el cumplimiento entre los grupos.
La efectividad global por intención de tratar modificada (mITT) del tratamiento de primera línea fue del 90 por ciento en los mayores, y del 88 por ciento en los más jóvenes. La efectividad global del tratamiento de segunda línea fue del 84 por ciento en ambos grupos. La efectividad de las terapias triples de primera y segunda línea fue subóptima en ambos grupos, lográndose tasas de erradicación óptimas (=90%) únicamente con las terapias cuádruples con y sin bismuto.
En definitiva, los investigadores han concluido que en Europa no se han observado diferencias clínicamente relevantes entre los grupos de edad en la efectividad de las terapias de primera y segunda línea; y que las terapias cuádruples con y sin bismuto han logrado tasas de erradicación óptimas.
El estudio ha sido liderado por el investigador del área de Enfermedades Hepáticas y Digestivas del CIBER (CIBEREHD)Javier Gisbert (IIS-Princesa/ H. de La Princesa) junto a Paulius Jonaitis, gastroenterólogo de la Lithuanian University of Health Sciences, Kaunas. Y ha contado con la participación de los también investigadores e investigadoras del CIBEREHD - Olga Nyssen, IIS-Princesa; Leticia Moreira, H. Clínic de Barcelona y Luis Bujanda, H. Biodonostia-, así como de otras instituciones europeas.