MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -
Poner música o cantar una nana a un bebé antes de dormir les ayuda a conciliar mejor el sueño, bajar la frecuencia cardiaca y mejorar la saturación de oxígeno en sangre, tal y como ha asegurado la musicoterapeuta y directora del Máster Musicoterapia Avanzada y Aplicaciones de la Universidad Autónoma de Madrid, María Jesús del Olmo.
Y es que, se ha demostrado que los sonidos ayudan a calmar y facilitar el sueño ya que, según un estudio realizado por Johnson's sobre la influencia que la música tiene en la rutina del sueño de un bebé, el 80 por ciento de los que son expuestos a sonidos se duermen más rápido que los que no los escuchan.
Además, la música desempeña un papel esencial en el desarrollo social del bebé, puesto que las actividades musicales afectan a las áreas auditivas y motoras del cerebro e, incluso, ayudan a prepararse para el desarrollo del lenguaje y el balbuceo. "Por ello, es recomendable que los padres canten a sus hijos antes de ir a dormir. De hecho, se ha constatado que cuando cantan sus canciones preferidas los niños duermen más y mejor que cuando se les pone música en un CD", ha argumentado la musicoterapeuta.
Por tanto, el sueño es un elemento esencial en el desarrollo de un bebé, incluso cuando está en el útero de madre. Así lo ha explicado también el pediatra especializado en el sueño infantil y miembro de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), Gonzalo Pin, quien ha recordado que los fetos ya duermen en las primeras semanas de gestación y que la actividad de la madre en las últimas semanas de embarazo influye de forma significativa en el sueño del bebé.
EL SUEÑO AYUDA A MEJORAR LA CAPACIDAD VERBAL
En este sentido, durante la presentación de la campaña 'Esta noche, vais a dormir', impulsada por Johnson's, el experto ha recordado que la mayor parte de los bebés se despiertan entre tres y cinco veces durante la noche, unos despertares que, si bien son normales, es necesario educarlos a través de diferentes rutinas para conseguir que se vuelvan a dormir por sí mismos.
"Las rutinas que se marquen desde el principio van a condicionar la forma en la que los niños duermen. De hecho, estudios han mostrado que si se mejoran los patrones de sueño entre los 6 y 18 meses de vida, a los 60 meses la capacidad verbal es mucho mayor", ha argumentado el pediatra, para informar de que mantener una rutina del sueño aumenta en 86 minutos el tiempo del sueño.
De la misma opinión se ha manifestado la psicóloga infantil, Silvia Álava, quien ha avisado de que el 25 por ciento de los bebés de menos de tres años tienen problemas para conciliar el sueño y permanecer dormidos durante la noche. En este punto, Álava ha recordado que el sueño es el periodo del día en el que hay una mayor actividad neurológica y fisiológica, ayuda a la maduración cerebral y aporta importantes beneficios en el funcionamiento cognitivo.
Ante todo esto, los expertos han destacado la importancia de que los padres sigan todas las noches las mismas rutinas a la hora de dormir a sus hijos, las cuales consisten en un baño de agua templada, masaje y actividades tranquilas con la luz apagada como, por ejemplo, cantar una nana o leer cuentos.
"Esta rutina hace que los niños se duerman más rápido, estén más tiempo dormidos durante la noche y, además, se ayuda a que los padres, especialmente las madres, duerman mejor porque les ayuda a bajar los niveles de tensión y fatiga, aumenta la satisfacción de la pareja e, incluso, se sienten mejores madres", ha zanjado la doctora Álava.