MADRID, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los niños más enfermeros pueden recibir de forma segura para su salud a largo plazo un trasplante de hígado dividido (que recibe solo una parte del hígado de un donante) y mejorar así sus probabilidades de sobrevivir, según han concluido investigadores de la Johns Hopkins Medicine (Estados Unidos).
En una revisión de los datos de registro de más de 5,300 trasplantes de hígado realizados en niños en Estados Unidos, publicada en la revista 'Liver Transplantation', el autor principal del estudio, Douglas Mogul, explica se han realizado trasplantes de hígado divididos durante casi 30 años, y al usar la estructura natural del hígado, un trasplante de hígado dividido puede usar una sección del 35 al 40 por ciento, lo que hace que el trasplante de hígado dividido sea ideal para niños cuyos pesos más pequeños se adaptan a hígados más pequeños.
"Ya sabíamos por estudios previos que las variables que incluyen la edad del donante y la causa de muerte junto con la salud del receptor pueden influir en los resultados. Pero entender cuál de estas variables podría afectar los resultados del trasplante de un hígado dividido frente a un hígado completo podría ayudar a su mayor uso e identificar qué pacientes se desempeñarán mejor después de un trasplante de este tipo", comenta Mogul.
Utilizando un análisis estadístico que relaciona las variables con un evento o resultado, el equipo examinó la relación entre el tipo de fractura hepática (total o parcial) y el éxito del trasplante después de ajustar una serie de variables, incluidas muchas de las que anteriormente se había informado que influyen en el éxito del trasplante de órganos. Esas variables incluían la edad del donante de órganos, la causa de la muerte, el peso del receptor al momento del trasplante, la enfermedad subyacente y la enfermedad del receptor.
De los 5.345 registros de receptores de hígado pediátricos examinados, 1.694 (31%) recibió un hígado dividido, mientras que 3.651 (68%) uno completo. Los receptores de hígado dividido tuvieron menos probabilidades de recibir un órgano de otro paciente pediátrico, 59 por ciento frente a 83 por ciento, y más probabilidades de haber recibido su hígado de un donante entre las edades de 18 y 50 años, 38 por ciento frente a 13 por ciento.
Los receptores de hígado dividido eran menos propensos que los receptores de hígado completo a tener un donante que sufría de falta de oxígeno, pero más propensos a tener un donante con traumatismo craneal. A nivel general, parecía que a los trasplantes de hígado divididos les fue peor. Sin embargo, después de ajustar los datos por edad del donante, peso del receptor, otros problemas de salud del receptor y abordaje quirúrgico, no hubo diferencias en los resultados.
El equipo descubrió que los grupos definidos por ciertas características que tenían el mayor fracaso general del trasplante en realidad no tuvieron un impacto negativo adicional al tener un trasplante dividido frente a completo, lo que implica que estos niños más enfermos serían buenos candidatos para la división de hígados. "Uno podría anticipar que los pacientes con la mayor probabilidad de falla del injerto serían peores si tuvieran una división en comparación con un todo. Pero vimos lo contrario: estas personas no se vieron afectadas por una división", concluye Mogul.