ZARAGOZA 31 May. (EUROPA PRESS) -
Los expertos en dolor reunidos en el XVI Congreso de la Sociedad Española del Dolor (SED), que se celebra estos días en el Palacio de Congresos de Zaragoza, han abordado las nuevas tecnologías y los tratamientos del futuro para el control de esta condición, con la mirada puesta en las terapias que llegarán a los pacientes en los próximos diez años, como un dispositivo remoto alerta a los médicos en caso de episodios de dolor.
El profesor ayudante doctor del Laboratorio de Psicología y Tecnología (LabPsiTec) de la Universidad Jaime I de Castellón, Carlos Suso Ribera, ha dado a conocer la app 'Monitor del Dolor' que su equipo ha desarrollado en colaboración con la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona, han informado desde la SED en una nota de prensa.
Este instrumento se basa en una tecnología que permite monitorizar a los pacientes a diario y durante el tiempo que transcurre entre consultas con el médico. Con la información que recoge la aplicación, y en función de los algoritmos que define el equipo médico, se ha diseñado un sistema de alertas para la unidad del dolor de modo que puedan realizar ajustes en el tratamiento.
El contenido de la aplicación ha sido validado y publicado en la revista 'Clinical Journal of Pain' y un estudio clínico está analizando su utilidad y seguridad.
El doctor Suso ha considerado "crucial" trabajar para que lo que se ha conseguido en términos de aumento de la supervivencia en diversas enfermedades se traduzca también en mejor calidad de vida. "Como sociedad y como profesionales de la salud debemos luchar para que estas personas no solo vivan más, sino también mejor", ha dicho.
A su modo de ver, es alentador ver el auge del trabajo entre expertos de diferentes disciplinas para proporcionar un tratamiento integral del dolor.
"Es cierto que algunas herramientas tecnológicas, como por ejemplo la realidad virtual, que se ha utilizado para facilitar la distracción en procedimientos médicos dolorosos, o las aplicaciones para móviles, que permiten la telemonitorización e incluso la comunicación de información con el paciente, están poco integradas en el manejo habitual del dolor oncológico. Probablemente veremos importantes avances en esta dirección en los próximos años", ha vaticinado.
DOLOR y MÚSCULOS FACIALES
El responsable de la Unidad del Dolor de la Organización Sanitaria de Álava (Osakidetza), Enrique Bárez, ha explicado que en el último año se ha estado tratando de poner en práctica una técnica para medir el dolor de forma objetiva a partir del registro de movimiento de los músculos faciales, que se procesan en el ordenador. La concordancia entre este método y el relato de los propios pacientes es del 81 por ciento, ha apuntado.
Este experto ha considerado que el empleo de big data o información masiva no es algo del futuro. "Estamos participando plenamente en la generación de datos cada día, cuando trabajamos online, consultamos un viaje, buscamos ofertas y también en el ámbito de la salud, con la prescripción y dispensación de medicamentos, la gestión de flujos de pacientes y la telemonitorización", ha precisado.
En materia de dolor, Bárez ha recomendado superar la creencia de que solo con la asistencia sanitaria se logran resultados satisfactorios y ha calificado como "complementos imprescindibles del acto sanitario en sí" la educación sanitaria, la autogestión de la enfermedad y la adecuación de expectativas y experiencias.
Además, ha apostillado que ahora se cuenta con la ventaja de que es posible apoyarse en lo que las nuevas tecnologías ofrecen para obtener mejores resultados.
MEDICINA REGENERATIVA
Otro de los expertos participantes ha sido el coordinador de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario Juan XXIII de Tarragona, Sergi Boada, que ha expuesto como la medicina regenerativa ofrece técnicas sin duda eficaces a las que además augura un protagonismo creciente.
No obstante, ha advertido de que en la actualidad "necesitamos aún mucha investigación y experiencia clínica para definir exactamente cómo y cuándo utilizarlas" y por ese motivo ha destacado que las sociedades científicas, con la Sociedad Española del Dolor en cabeza, deben canalizar esfuerzos para regular su empleo en dolor crónico, además de acreditar y proporcionar formación a los profesionales.
Por otro lado, ha argumentado que la disponibilidad de estas técnicas en el sistema sanitario público "no solo proporcionaría una beneficio adicional a nuestros pacientes actuales, sino que, potenciando la investigación, ayudaría a obtener datos cruciales para desarrollar estándares de uso, guías clínicas y protocolos de aplicación que beneficiarían sin duda a nuestros pacientes futuros".
El doctor Boada ha explicado, en el marco de su intervención en este congreso, que las técnicas de medicina regenerativa, tales como la utilización de plasma rico en plaquetas o de células madre mesenquimales, surgen porque "muchos de los tratamientos actuales no ofrecen siempre los resultados clínicos esperados".
Ha planteado, como ejemplo, las cirugías complejas para el tratamiento del dolor lumbar crónico o la situación de las cirugías de recambio articular, "que en muchos casos no garantizan el control de los síntomas y suponen una sobrecarga económica para el sistema sanitario público".
La población es cada vez más longeva y se muestra más activa a edades avanzadas por lo que la medicina regenerativa es una ventana abierta al futuro y llena de posibilidades, y tiene atractivo tanto para profesionales como para pacientes.
"En este momento es nuestra responsabilidad, como médicos y como sociedad científica, proporcionar información rigurosa y aplicar este tipo de técnicas con indicaciones precisas y en el momento adecuado de la evolución de la enfermedad para proporcionar el máximo beneficio a nuestros pacientes", ha declarado.
CIENCIA BÁSICA
La vocal del Comité Científico del congreso, María Isabel Martín, ha comentado que la innovación en nuevos medicamentos va a requerir el impulso que pueden darle los trabajos que identifiquen nuevas dianas terapéuticas para diseñar los medicamentos del futuro.
"A veces no es una nueva molécula, pero sí un modo diferente de entender los problemas lo que ayuda a manejar mejor los problemas del paciente con dolor", ha manifestado Martín.