MURCIA, 19 May. (EUROPA PRESS) -
Los avances logrados en las últimas décadas en el cuidado de los prematuros ha originado una disminución importante de la mortalidad en los recién nacidos. Así se ha puesto de manifiesto en el II Simposium de Pediatría y Neonatología que, organizado por los hospitales Quirónsalud Murcia y Torrevieja, ha reunido a más de un centenar de expertos en la materia.
Los expertos advierten que "este aumento de la supervivencia conlleva un incremento progresivo de la población infantil con alto riesgo de problemas médicos y de riesgo sobre el desarrollo del sistema nervioso".
A nivel mundial se producen anualmente más de 136 millones de partos, según la OMS.
En esta línea, han precisado que "algo más de un 10 por ciento de todos ellos son prematuros", entendiendo por niño prematuro aquellos nacidos antes de las 37 semanas de embarazo. En números redondos suponen 2,9 millones de fallecimientos de recién nacidos.
Precisamente, es en los bebés prematuros "donde se acumula el 50 por ciento de la mortalidad neonatal y en el 40 por ciento de ellos el origen de todas las minusvalías de todos los períodos de la vida. La supervivencia dependerá del peso, de la edad gestacional y de los medios tecnológicos y de carácter profesional, utilizados en su cuidado".
"La inmadurez anatómica y funcional del neonato prematuro da lugar a una función intestinal no adecuada y, por lo tanto, a una nutrición difícil y compleja", añaden los expertos, quienes precisan que "una adecuada nutrición del recién nacido prematuro disminuye sus posibilidades de enfermar y supondrá mejora su desarrollo somático y psicomotor en el período más crítico de su desarrollo cerebral".
A través del Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría, el objetivo de la nutrición del prematuro "debe ser conseguir un crecimiento que se aproxime al del feto normal intraútero".
Atendiendo especialmente a la composición corporal y de sus "elementos esenciales" se ha podido comprobar que la leche materna es el compuesto que mejores niveles de tolerancia obtiene por parte del recién nacido y ello es especialmente importante en los de menor peso.
Pero incluso la leche materna (Biblioteca Cochrane) ha de ser enriquecida en muchos casos para conseguir un óptimo desarrollo incluso en aspectos tan sensibles para el prematuro, como la mineralización el desarrollo ósea.
En la actualidad, "existe un incremento importante de la supervivencia de los niños más inmaduros", al mismo tiempo que se ha avanzado en el conocimiento de la importancia de su nutrición y de su influencia en el crecimiento posterior.
A juicio de los expertos, "la adecuada nutrición es fundamental para el desarrollo a largo plazo y muy especialmente para el desarrollo cerebral. Todo ello evidencia la necesidad de profundizar el control en los efectos de la nutrición en el neonato prematuro y demuestran que el apoyo nutricional dependerá de unidades muy especializadas y de profesionales muy conocedores de esta materia y que todo esto se ponga a disposición de unos cuidados del mayor nivel posible".
INCIDENCIA DE ENFERMEDADES CRÓNICAS EN LA VIDA ADULTA
La nutrición en las etapas iniciales de la vida supone no solo un papel en mejorar la sobrevida neonatal, potenciar el crecimiento y desarrollo mental durante la infancia, sino también como un factor condicionante de la salud del individuo a lo largo de su vida. Aquellos recién nacidos prematuros que evidencian pobre crecimiento intrahospitalario tienen mayor incidencia de alteraciones del desarrollo cerebral.
"Desafortunadamente, el obtener un crecimiento apropiado no es una tarea fácil, debido a las necesidades especiales de los prematuros, condicionadas por la inmadurez del tracto gastrointestinal, las dificultades en su adaptación metabólica y de las condiciones médicas concomitante que los afectan", comentan.
Las recientes publicaciones que relacionan la nutrición en etapas tempranas de la vida con enfermedades en la vida adulta han agregado una nueva dimensión a la importancia de la alimentación del recién nacido.
La presencia de retardo del crecimiento intrauterino se ha relacionado con un incremento en la incidencia de enfermedades crónicas en la vida adulta. Los mecanismos condicionantes de la mencionada asociación no han sido claramente definidos.
Por todo ello "será muy importante conseguir unidades de cuidados de prematuros no solo altamente dotadas técnicamente, sino con profesionales de alta cualificación para conseguir que la interrelación que supone alimentación y desarrollo corporal, especialmente cerebral, sea una realidad que consiga hacer desaparecer, no solo la mortalidad de los recién nacidos más pequeños, sino también sus probabilidades de enfermar a corto y largo plazo".