MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un estudio genético de la bacteria responsable de la epidemia de disentería ha puesto de manifiesto que el patógeno 'Shigella dysenteriae', que sigue siendo un verdadero azote en África y Asia, probablemente se originó en Europa. Esta investigación, publicada en la revista 'Nature Microbiology', describe además el desarrollo de resistencia del patógeno a los antibióticos.
Científicos del 'Wellcome Trust Sanger Institute', en Reino Unido; el Instituto Pasteur de París, en Francia, y colaboradores internacionales han descubierto desconocidos vínculos entre los diversos brotes que se han producido a través de la historia. Uno de los peores azotes que afectaron a los seres humanos a lo largo de los siglos XVIII y XIX, la disentería se transmitió de un continente a otro a través de movimientos migratorios y operaciones militares.
La bacteria 'Shigella dysenteriae' tipo 1 causa diarrea con sangre con peligro para la vida y ha sido responsable de miles de muertes, especialmente entre los niños en el mundo en desarrollo. La última gran epidemia en Centroamérica mató a 20.000 personas entre 1969 y 1972 y, a pesar del aislamiento de cepas de 'S. Dysenteriae' a nivel mundial, el origen de cada epidemia de disentería y los vínculos entre ellas siguen sin estar claros.
Para entender mejor esta enfermedad, un equipo de científicos dirigido por el profesor Nicholas Thomson, del Wellcome Trust Sanger, y el autor principal François-Xavier Weill, del Instituto Pasteur, realizaron un exhaustivo estudio genómico mediante tecnologías de alto rendimiento para la secuenciación del genoma bacteriano y bioinformática. Analizaron más de 330 cepas de 'S. Dysenteriae' tipo 1 aisladas entre 1915 (en soldados que participaron en la batalla de Gallipoli de la Primera Guerra Mundial) y 2011.
Se recogieron las cepas de 35 institutos internacionales en 66 países. El equipo encontró que la cepa de tipo 1 ha existido desde al menos el siglo XVIII y se extendió por todo el mundo. Al contrario de la creencia popular, el estudio mostró que el patógeno 'S. Dysenteriae' actualmente endémico en África y Asia es de origen europeo.
El profesor Nicholas Thomson, líder del grupo de Genómica Bacteriana y evolución en el Instituto Sanger, explica: "El análisis de los genomas completos de todas estas cepas de 'Shigella dysenteriae' recogidas durante un gran periodo de tiempo y de una variedad de diferentes países, nos proporcionó una visión sin precedentes de la difusión histórica de este patógeno".
"Esto era necesario porque todavía hay muchas preguntas sin respuesta en relación a este importante patógeno bacteriano. Esto se logró mediante la combinación de datos de investigación genómica de alta resolución con información detallada recogida de cada muestra de un gran número de grupos centrados en ello", agrega.
LA PRIMERA RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS FUE EN 1960
Mediante la identificación de diferentes linajes genéticos, los científicos fueron capaces de rastrear el camino de la bacteria en todo el mundo a través del tiempo, lo que demostró que el colonialismo europeo y la migración ayudaron a propagar el patógeno.
La 'S. Dysenteriae' europea se extendió a América, África y Asia entre 1889 y 1903, con la ayuda de la emigración europea a América y la colonización de los territorios en África y Asia. La bacteria reapareció en Europa durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, antes de extinguirse en Europa, pero continuó propagándose a través de Asia, África y América Central con brotes violentos y varias oleadas de la epidemia extendiéndose luego a África y el Sudeste de Asia desde el subcontinente indio.
Como las primeras bacterias se aislaron bien antes del uso de antibióticos, el estudio de la colección revela que la primera resistencia a los antibióticos apareció en Asia y América a mediados de la década de 1960. La bacteria luego adquirió genes de resistencia contra la mayoría de los grupos de antibióticos; menos del 1 por ciento de las cepas bacterianas se ha mantenido susceptible a los antibióticos desde 1990. Los científicos consideran que es inevitable y un motivo de preocupación que las bacterias de disentería adquirirán resistencia al último tipo de antibióticos.
El doctor François-Xavier Weill, director de investigación en la Unidad de Enteropatógenos Bacterianos del Instituto Pasteur, concluye: "Esta bacteria se encuentra todavía en circulación y podría ser responsable de futuras epidemias si las condiciones se muestran favorables, como una gran reunión de personas sin acceso al agua potable o el tratamiento de los desechos humanos. Este estudio pone de relieve la necesidad de una vacuna eficaz, que será crucial para el control de esta patología en el futuro en vista de la reducción de la eficacia de los antibióticos".